La ciencia ficción en Alfaguara

Cuando un lector busca historias de robots, viajes espaciales o inteligencias artificiales, es probable que acuda a espacios típicos donde se publiquen historias de este tipo; por ejemplo, Minotauro, Nova, Gigamesh, entre otros. Los seguidores del género saben que en tales editoriales encontrarán lo buscado, ya que son sellos especializados. Sin embargo, no toda la ciencia ficción en la literatura aparece con la etiqueta en la portada ni se publica en colecciones especiales, por lo que pueden surgir dos situaciones: los aficionados los desconocen y los no aficionados lo exploran al fin. 

Si bien Alfaguara no es el caso único, si es uno de los más curiosos en tanto que su producción más resaltada y galardonada gira en torno a temáticas sociales, políticas y policiales o de novela negra, todas usualmente ubicadas en el marco del realismo. Es por ello que en la presente ocasión les presentaré esos títulos cienciaficcioneros que podrías desconocer y que, quien sabe, pueden captar tu atención. 

De todos modos, dos aclaraciones. En primer lugar, no incluiré a la colección juvenil de esta editorial porque tanto la ciencia ficción como la fantasía sí tienen mayor presencia y son fácilmente reconocidas por su público objetivo (Los 100, Máquinas mortales, entre otros). En segundo lugar, no he leído todos los libros que a continuación presentaré. Así, más que recomendaciones será un catálogo de un tipo de libros no tan conocidos ni agrupados bajo el género prospectivo. En los casos contrarios, remitiré a algunas reseñas ya publicadas en el blog. 

Y ahora sí, vayamos a ver qué nos depara el formato más clásico de Alfaguara: 

1. Iris (Edmundo Paz Soldán): en un mundo similar al nuestro, con una división geopolítica propia, una región tóxica llamada Iris se halla dominada por un régimen distópico en donde los soldados del Perímetro deben controlar el desorden público y las revueltas, especialmente de los rebeldes liderados por el mítico líder Orlewen. Los sujetos de la trama no son humanos comunes y corrientes, sino que usan piezas mecánicas a modo de ciborgs; otros, los mineros, rinden culto a un dios en nombre del cual parece acercarse el apocalipsis. Leí la novela en 2018 y recuerdo su estilo escritural tan complejo, sin duda como un reto al lector mediante el spanglish, neologismos, entre otros juegos de lenguaje.

2. Los Altísimos / Cuentos reunidos (Hugo Correa): la primera novela publicada de uno de los representantes del género en Chile. El primer libro es una distopía y a la vez una space opera sobre el comunismo en la historia de un humano trasladado de Chile al planeta Cronn, donde los denominados Altísimos, considerados como los creadores del lugar, tienen la potestad de controlar la natalidad y vida de sus habitantes, aunque también existe un alto grado de tecnología. Sobre sus cuentos, la sinopsis oficial de la editorial afirma que se adelantó a las temáticas abordadas por Clarke y K. Dick, como las réplicas de los seres humanos, viajes espaciales y la intromisión de situaciones fantásticas en escenas cotidianas. También se publicaron El valle de Luzbel y El que merodea en la lluvia y Los ojos del Diablo en un solo tomo.

3. Todos nosotros (Kike Ferrari): el intento por construir una ucronía sobre Trostki. Un grupo de amigos de orientación trotskista decide viajar en el tiempo a la Coyoacán de los años 80 para evitar la muerte de su líder a manos de Ramón Mercader. ¿Cómo? Asesinándolo. Por ello, uno de ellos prepara la máquina, el vestuario y documentos falsos para infiltrarse en la época mientras otro prepara un largometraje sobre la misión.

4. Riesgos de los viajes en el tiempo (Joyce Carol Oates): en un Estado totalitario, los condenados por rebelarse contra el sistema son castigados en viajes de tiempo hacia el pasado. Ese es el caso de Adriane Strohl, cuyo discurso de graduación en la universidad es considerado como peligroso y enviada, como consecuencia, ochenta años atrás a la localidad de Wainscointia para ser «rehabilitada». La novela no se enfoca en la construcción de mundo o del futuro en la historia, sino en la psicología de la protagonista y de sus temores frente a posibles enemigos en ese pasado.

5. Después de la ira (Cristian Romero): en el pueblo de San Isidro llega una multinacional que pretende controlar los terrenos para instaurar sus maizales transgénicos. Samuel, uno de los campesinos, se negará y luchará constantemente contra la empresa en un escenario peculiar, pues las langostas modificadas serán herramientas para controlar las plantaciones, pero también para afectar al pueblo o ser, inclusive, un medio de entretenimiento por las apuestas en las luchas clandestinas de los animales.

6. Todos nuestros presentes equivocados (Elan Mastai): en 2016, Tom Barren vive en un mundo tecnológicamente desarrollado gracias al nuevo sistema de energía ilimitada creado por Lionel Goettreider en 1965. Empero, cuando su madre muere y su novia lo abandona decide robar la máquina del tiempo inventada por su padre y viajar a dicho año, pero un accidente en el viaje lo traslada a nuestra dimensión. Surge, entonces, el dilema de permanecer aquí e iniciar una nueva vida o regresar a su lugar de origen.

7. Cielos de la Tierra (Carmen Boullosa): tres historias que se interconectan en el tiempo gracias a la palabra y las memorias personales. Primero, las experiencias de uno de los indígenas educados por los franciscanos, Hernando de Rivas, durante el siglo XVI. Segundo, la traducción que Estela Ruiz realiza del anterior manuscrito en el México de la década de los 90, siglo XX. Tercero, la arqueóloga Learo y su encuentro con los dos anteriores textos en un futuro devastado por las guerras nucleares, y habitante de la ciudad L´Atlàntide, suspendida en una burbuja de aire.

8. El Rey del Agua / El ojo y la flor (Claudia Aboaf): una bilogía distópica ambientada en una región sufrida por la escasez de agua. La primera novela narra el encuentro de dos hermanas conflictuadas entre sí, encuentro ocasionado por el hallazgo en el río de los restos de ADN de su padre. Se ubica en el Delta del Tigre, zona real de Ciudad del Plata, cuyo gobernador explota la tecnología en la ficción para vender el bien líquido a países donde escasea. La historia continúa en el segundo libro, esta vez cuando las dos se reencuentran y la población del Delta empieza a huir hacia la Ensenada, Buenos Aires, debido a la escasez cada vez más insoportable del agua explotada para fines económicos. 


9. Los que duermen en el polvo (Horacio Convertini): Buenos Aires afectada por una enfermedad, que ocasiona el canibalismo. En un barrio transformado en fortaleza para detener el avance de los comehombres, Jorge vive con su propia ruptura emocional en la forma de Érica, su novia desaparecida con la cual discutió antes de la pandemia por motivos de temas de género y violación. Además, una serie de muertes misteriosas aparecerán en la zona para desestabilizar aún más la nueva vida postapocalíptica de los supervivientes.

10. El imperio de las mareas (Luis Hernán Castañeda): en un tiempo indeterminado, Lima queda inundada por el crecimiento del nivel de las aguas, tanto del mar como de los ríos y lagos. Sakana es uno de los supervivientes, quien, junto con sus padres, logró readaptarse y vivir mediante el negocio del hotel-spa administrado por su madre. Sin embargo, él no es un sujeto común y corriente, sino que posee branquias, gracias a los cuales ayuda en el drenaje del agua para el recinto… y a la aparición de rumores en torno suyo. Este libro sí lo leí y lo consideré dentro de mis 10 mejores lecturas del 2020; de hecho, ya tiene su reseña.   

11. Ciudad de zombis (Homero Aridjis): una mezcla de historias Z con novela negra. El periodista Daniel Medina busca a su hija menor, raptada por redes de trata, mientras intenta vengarse de los asesinos de sus padres. Su caso no es el único crimen, debido a que en este mundo la violación de los derechos es la norma, concretamente por la figura del Señor de los Zombis, el pederasta de la ciudad Misteca protegido tanto por policías y sicarios. Y claro, hay muertos vivientes, pero no son el único foco en una trama de por sí cargada de violencia desde el bando humano vivo.

12. Vidas terrestres (Rodrigo Muñoz Avia): en un viernes 22 de noviembre caen meteoritos a la Tierra que demuestran la existencia de vida extraterrestre. ¿El impacto? Profundo en la vida de un grupo de personajes cuya búsqueda por el sentido de su existencia, afectada por el suceso, contrasta con las reacciones de muchas otras personas, más centradas en su vivir cotidiano, tan terrestre.

13. Cristóbal nonato (Carlos Fuentes): una de las producciones peculiares de Fuentes, quien sale de lo fantástico para explora lo cienciaficcionero en una novela de difícil lectura. Como distracción a la catástrofe ocurrida en 1990, el gobierno mexicano de 1992 decide implantar un curioso concurso sobre la natalidad. Consiste en que un niño nazca a las 00 horas del 12 de octubre de ese mismo año para ser considerado como Hijo Pródigo de la Patria, objetivo con grandes beneficios económicos para los padres, como lo podría ser Ángel Fagoaga, quien emprende dicha meta.  

14. Rendición / Tokio ya no nos quiere (Ray Loriga): uno de los escritores del realismo, concretamente del denominado realismo sucio, que exploró la ciencia ficción. Con Rendición obtuvo el Premio Alfaguara 2017, la distopía sobre una ciudad transparente al que llegan una familia debido a la evacuación de su lugar de origen, afectada por el contexto de una guerra desconocida en sus detalles para los ciudadanos. Mantiene sus raíces en el clásico Nosotros, de Yevgueni Zamiatin, como podemos percatarnos por la idea de una ciudad de cristal. Ah, y tiene una reseña completa en otra entrada del blog. Por su parte, en el futuro de Tokio ya no nos quiere la medicina avanzó a grandes niveles, como por la cura del sida o por una peculiar droga que elimina los recuerdos no deseados del consumidor, vendida por el protagonista, cuyos compradores suelen ser delincuentes libres.

15. Cadáver exquisito (Agustina Bazterrica): un mundo postapocalíptico caníbal. El azote de un virus inutiliza el consumo de la carne animal, por lo cual los gobiernos inician el proceso de crianza y venta de la carne humana. Marcos Trejo, burócrata, recibe entonces una mujer criada para ser comida, a quien usa también como objeto de sus deseos sexuales. Obtuvo el Premio Clarín a Mejor Novela en 2017, uno de los logros más reconocidos en Hispanoamérica.

16. El día del oprichnik (Vladimir Sorokin): una ucronía sobre Rusia. La base real la encontramos en la Opríchnina, una porción del territorio ruso gobernado por el zar Iván el Terrible, a quien se le concedió poderes absolutos en el siglo XVI. Él y su guardia personal u oprichniks ejercieron el poder de manera brutal contra la población, y a pesar de que desapareció en el mismo siglo, en la novela sigue vigente en 2027. Es así que la trama se centra en las labores de Andrey Komyaga, un funcionario cuya jornada consiste en ejecutar a los opositores al régimen y encargarse de la vida amorosa de la soberana. Una crítica política a esa Rusia cercana a nuestro tiempo y separada del mundo mediante una muralla.

17. La posibilidad de una isla (Michel Houellebecq): ambientado en un mundo poblado por clones, sigue la lectura realizada por Daniel 24 y Daniel 25 del relato de Daniel 1, el sujeto original del que fueron creados. Las memorias del ser primero abordarán su aventura y desventura amorosa y sexual, y su encuentro con una secta que proclama el origen extraterrestre de todo humano. ¿Y los otros hombres y mujeres originales en la época de los clones? Viven separados de ellos al otro lado de una valla eléctrica. De esta manera, contiene reminiscencias de ese clásico de Huxley Un mundo feliz y la división entre sociedades de aquellos considerados bárbaros en un futuro, los civilizados de un pasado en la ficción, o nuestro presente.

No todos tienen historias y temas idénticos, pero si se repasa al menos la premisa de su contenido se puede identificar algunas constantes y aspectos llamativos de aquello que podríamos llamar como la ciencia ficción en Alfaguara. 

De entre los 17 autores, al menos 11 de ellos se centran en las distopías, ya sean en ambientes postapocalípticos o no. Es interesante, pues es el tipo de ciencia ficción con mayor reconocimiento en el ámbito académico y fuera del fandom del género, ya acostumbrado a estas tramas y otras de subgéneros muy disímiles. En otras palabras, Alfaguara prefiere las tramas cienciaficcioneras de corte político, relatos que develen en primer plano dicho enfoque, a comparación de otros títulos que lo subordinan frente a otros temas principales, privilegiados por tal o cual autor; por ejemplo, en Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams (lo absurdo de la vida), o Los mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y C. M. Kornbluth (la publicidad). Y aún más, lo lúdico no suele ser relevante, por lo que el pulp y/o las novelas de aventuras del género quedan descartadas en los títulos que he presentado, salvo, en parte, por Todos nuestros presentes equivocados, la obra más juguetona del grupo. 

Otro aspecto llamativo es la localización. Kike Ferrari, Carmen Boulllosa, Claudia Aboaf, Luis Hernán Castañeda y Vladimir Sorokin utilizan ambientaciones de lugares reales, por supuesto, con las respectivas prospecciones y cambios realizados en la ficción. Por su parte, si bien otros como Edmundo Paz Soldán, Joyce Carol Oates y Cristian Romero no utilizan lugares de nuestro mundo, si los representan con aspectos semejantes a sus homólogos en la realidad, ya sea por los mitos mineros bolivianos, la represión estadounidense o el conflicto entre agricultores y transnacionales de Colombia y la propia Latinoamérica. Y, en cambio, son pocos quienes se desprenden de alguna referencia conocida e inventan su propio mundo, sea en los lugares indeterminados de Ray Loriga o el propio espacio exterior de Hugo Correa. 

Y un tercer punto a destacar es la nacionalidad de los escritores. No me refiero únicamente al país concreto de origen, sino a que en gran medida estos escritores son hispanohablantes; solo pocos no: Oates, Mastai, Sorokin y Houellebecq. Por ello puede afirmarse que el formato clásico de la editorial impulsa la ciencia ficción producida en español, aunque para ser exactos de cierta ciencia ficción: principalmente, la distópica y/o soft, o suave, centrada en el impacto social de la invención tecnológica. Este es uno de los rasgos más mencionados cuando se busca información sobre la ciencia ficción hispana. 

Es evidente que el género no se produce únicamente en editoriales especializadas ni se halla reservado solo para quienes se dedican a la literatura no realista. Los datos presentados aquí pueden formar parte de un fenómeno más grande, el de la incursión de grandes sellos en tipos de literatura antes infravaloradas fuera de la cultura de masas. ¿Por qué ocurre? ¿El impacto de internet y la presencia cada vez más determinante de la tecnología digital en la vida cotidiana ha motivado a la reconsideración de los catálogos librescos de transnacionales? ¿Interviene el éxito del cine de ciencia ficción? La respuesta merece su propio trabajo de investigación y análisis. No obstante, lo que ocurre en Alfaguara es un indicio de que realmente nos hallamos ante nuevos tiempos, al menos en el mundo de los libros. Y a más oferta y diversidad para escoger, creo que los lectores somos los beneficiados.


Coda: no incluí algunos libros por mis dudas sobre su contenido. ¿Pertenecen a la ciencia ficción o abordan el realismo mediante temas de corte científico? Es el caso de Tan cerca de la vida, de Santiago Roncagliolo, que trata sobre un Tokio de humanos robotizados y robots humanizados; según su autor, en una entrevista de El Comercio, la tecnología de la novela ya existe. Noticias del antropoceno, de José Maria Merino, es un libro de cuentos sobre los tiempos modernos y la transformación de la Tierra por el hombre. ¿El relato sobre un continente de plástico, amén de algún otro, ingresa al género en sentido teórico? Queda la sospecha y la promesa de una futura lectura. Big Rip, de Ricardo Moreno, es el ejemplo de que las reseñas y sinopsis deben contar la trama, no solo apreciaciones abstractas y genéricas, pero parece que este título mezcla lo fantástico con un toque cienciaficcionero. Por último, conozco a un escritor peruano al que quiero mucho y que una vez, hace algunos años atrás, me leyó un fragmento de su próxima novela de ciencia ficción, recuerdo que cercano al ciberpunk. Como ya apareció en Alfaguara, queda la posibilidad de que se sume a los 17 de la lista. Eso es todo, por ahora.

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