10 Oct
RESEÑA: Los que reptan, de John Shirley

Aunque se suela asociar terror con situaciones paranormales, la ciencia ficción también puede tener su lado tenebroso. En esa vertiente se encuentra la presente novela de Shirley que, con una atmósfera similar al de la película La invasión de los ultracuerpos, presenta un tipo de infección muy particular en un pueblo estadounidense.

John Shirley tal vez sea más conocido por escribir BioShock: Rapture, la precuela del famoso videojuego homónimo, y, asimismo, ha publicado otras novelas de ciencia ficción. También ganó el premio Bram Stoker por el relato “Black Butterflies”. Como se nota, el autor ya tuvo y tiene experiencia en este tipo de literatura. Los que reptan trata sobre el descontrol del hombre sobre su propia tecnología cuando un satélite cae al pueblo de Quiebra con un contenido mortal para los ciudadanos y el consecuente inicio de la paranoia.

John Shirley

Trama

El libro empieza 3 años antes, con la masacre en un laboratorio. El único superviviente se esconde de una criatura que se apodera de los cuerpos y puede despedazarlos (y usar los restos) a su antojo; sin embargo, es asesinado. Tras la tragedia, entran en escena dos nuevos personajes relacionados con las fuerzas militares y los servicios de inteligencia. Desde este momento la historia podría parecer un thriller entre investigadores y experimentos del gobierno.

Ya en el presente nos trasladamos a Quiebra. Un día cualquiera el satélite cae en una playa y es atendido por la policía y algunos militares ante la sorpresa de algunos ciudadanos. Entre ellos se encuentran Adair y Waylon, dos de los protagonistas. Ante la oportunidad de conseguir empleo para su padre, Adair logra que él ejerza de rescatista (nuevamente) ya que se ofrece para sumergirse y extraer a flote el aparato. Sin embargo, los problemas empezarán aquí cuando el contenido se libere…

Pero no seamos ingenuos. El fenómeno del cambio repentino de personalidad que poco a poco se extiende se debe a esas “cosas” liberadas. En tal sentido, el desarrollo es un poco predecible en algunos momentos. Al fin y al cabo, en algún momento los personajes se enterarán de la “epidemia”. La pregunta es cuándo, ¿demasiado tarde o todavía a tiempo? Sin embargo, no es un defecto demasiado grave. Aparte de algunos giros de trama, lo genial de la historia se encuentra en su recorrido, en la interrelación de sus personajes con sus seres queridos y en el cómo estas criaturas cambiaran radicalmente sus vidas, no solo por ellos mismos, sino por lo ocurrido a sus familiares y amigos. Adair y su familia, los primeros en aparecer y quienes empiezan siendo los protagonistas; Waylon con su fanatismo por las conspiraciones y a través del cual veremos a los primeros reptantes momentos después del accidente en la playa; Bert, un profesor solitario y escéptico; todos los jóvenes de la escuela de Adair, quienes configuran una visión cruenta y trágica como consecuencia de la actividad de los seres.

Otro punto positivo es su terror. La novela es sangrienta, sí, pero los momentos gore son justificados, creativos y muy bien descritos: cuerpos humanos infectados con miembros artificiales incrustados. La tensión y la creciente paranoia también es convincente, pues durante varios capítulos casi nadie se percata de lo sucedido con los pobladores ni del porqué verdadero de sus cambios psicológicos. Sospechan, tienen miedo de sus antiguos allegados, mas no los confrontan de manera directa con preguntas inverosímiles. Después de todo, solo nosotros como lectores conocemos un poco del trasfondo cienciaficcionero, no los personajes. Y el autor consigue mantener la lógica de su historia al punto de traernos momentos como el siguiente:

Abrió la puerta con suavidad para no despertarles. Allí estaban, tumbados el uno junto al otro.

Yacían en la cama, espalda contra espalda, completamente vestidos. Tan solo yacían allí, en silencio. 

Tenían los ojos bien abiertos.

Por un momento, tuvo el frenético pensamiento de que estaban muertos, porque estaban tan quietos que parecía que ni siquiera respirasen.

Entonces, ambos giraron las cabezas, exactamente al tiempo y con el mismo movimiento, y le miraron a los ojos.

—Hola hijo —dijo papi.

—Um. —Tenía la boca tan seca que era difícil hablar. Se pasó la lengua por los labios—. ¿Estáis bien?

—Claro —dijo mami.

—Claro —dijo papi—. Solo estamos descansando. Teniendo una charla.

—Hijo —continuó mami—, dentro de poco habrá unas pruebas de sangre en el instituto…

Su discurso se cortó, y volvió la cabeza como si escuchara algún pensamiento intruso.

—No —murmuró— todavía no.

—Vale, es igual —dijo Donny.

Cerró la puerta y se fue a su habitación, pensando, no era lo que parecía. ¿Qué narices me pasa?

Su principal defecto son los momentos convenientes. No son demasiados, pero malogran el esfuerzo narrativo construido durante la mayoría de los capítulos. No menciono cuáles son para no arruinarles la trama, pero hacia el final surgen para dar respiro a las víctimas y generar el clímax definitivo.

Portada original en inglés

Personajes

El autor realizó un buen trabajo en este apartado. No solo cada uno de ellos son convincentes por tener una personalidad definida y reacciones coherentes, sino que entre ellos son diversos. Los adultos son construidos con problemas verosímiles, como el trabajo, los problemas de pareja o la falta de uno/una, las relaciones conflictivas con los hijos, etc. A su modo, también los adolescentes presentan conflictos de acuerdo a su edad, ya sean los romances, el consumo de drogas, la interacción mediante la computadora o el celular, entre otros. Y lo que a mí más me agradó: no usa a los jóvenes para ridiculizar su historia como sucede en muchas películas de Hollywood y otros libros juveniles. Hasta tiene muy buenas escenas de terror y catarsis con ellos de por medio.

  • Adair Leverton: una de las protagonistas. Sus padres son Nick y Suze; su hermano, Cal. Si bien su familia no se encuentra completamente desunida, el distanciamiento afectivo entre sus padres le provoca un gran sentimiento de culpa al creer que tiene responsabilidad; además, su hermano le refuerza ese sentimiento. Es así que tiene un carácter un tanto duro, pero mas como protección que verdadera fortaleza emocional. De hecho, intenta darle a entender a Waylon, su mejor amigo, su amor hacia él, y se frustra cuando él no entiende sus indirectas. Durante el inicio de la historia se percatará del extraño comportamiento de sus padres. No obstante, intentará pensar siempre en una explicación racional ante su propio escepticismo.
  • Waylon: el principal amigo de Adair. Es un joven fascinado por las teorías de conspiración, y si se relacionan con los ovnis pues tanto mejor. Durante la historia es de las primeras personas en presenciar la caída del satélite junto a Adair, además de ser (esta vez él solo) quien ve a los primeros “reptantes” de la zona. Su actitud puede ser fastidiosa en varios momentos ya que suele encontrarse a la defensiva, además de mantener su orgullo frente a quien crea que es responsable de los misterios extraterrestres. Sin embargo, su propia fascinación le otorga cierta inocencia a sus enojos y desvaríos, resultando ser un personaje no tan plano.
  • Henri Stanner: el comandante que presenció desde un helicóptero la tragedia inicial durante el ataque en el laboratorio. Tiene pros y contras como protagonista. En las contras, resulta ser hasta cierto punto el típico militar en historias estadounidenses de experimentos fallidos, pero en los aciertos resulta tener sentimientos humanos más allá de su papel profesional, especialmente el remordimiento consigo mismo, con la gente y con su hija, al punto que se debatirá entre seguir las órdenes de silenciamiento o ayudar a salvar al resto.
  • Lacey Cummings: la tía de Adair. Cuando cierto conflicto ocurre al inicio entre los padres de la protagonista, la madre o hermana la llama para que las visite. Lacey accede y es así como se ve involucrada en la historia. Me parece un personaje un tanto desaprovechado al ser periodista, una profesión con mucho potencial dentro de una novela con secretismos estatales y matanzas silenciosas. Además, su personalidad independiente y empática le hubiera otorgado un papel más activo más allá de enterarnos del avance del desastre mediante sus experiencias.
  • Bert Clayborn: profesor de Quiebra tanto de colegio como de institutos. Tiene una vida solitaria producto de su temor al compromiso tras algunas malas experiencias amorosas, motivo por el cual su hermano lo fastidia constantemente. No aparece sino hasta avanzada la trama, sobre todo para ser emparejado con Lacey y reforzar las filas de aquellos quienes desean detener lo que ya suponemos. Tiene una personalidad escéptica y ello le proporciona algunos momentos de disensión con la tía de Adair, pero realmente la unión entre ambos resulta forzada pues se basa en casualidades y conveniencias.

Mención aparte merece Donny, personaje secundario y compañero escolar de Adair, quien a pesar de aparecer en pocas escenas logra crear no solo la anterior escena citada de terror psicológico, sino uno de los mejores momentos hacia el final frente a muchos otros chicos de escuela.

Imagina a los monstruos de Parasyte, pero con implementos mecánicos: eso es Los que reptan

Forma

Con un total de 23 capítulos, un prólogo y un epílogo, la narración se divide por tiempos: fechas y sus respectivas horas. Así, algunos eventos pueden suceder durante el 14 de diciembre ya sea en la mañana, tarde o noche. Por cierto, la trama principal sucede entre el 30 de septiembre y el 19 de diciembre.

Aunque lo haya leído traducido, el estilo del narrador no tiene mayores tropiezos. Es cierto que no tiene una mayor experimentación en sus significados (doble sentido, juegos de palabras, etc), pero en cambio controla muy bien el ritmo entre el tiempo y los sucesos. Más allá de que algún suceso sea primordial o casi insignificante para la historia, cada uno tiene las páginas necesarias. No recuerdo algún capítulo que haya sido cansino por su duración excesiva, de modo que hasta los momentos irrelevantes se dejan disfrutar muy bien. En otras palabras, estamos frente a un libro entretenido porque su narración es fluida.

En definitiva, a pesar de que Los que reptan no tiene pretensiones de innovar demasiado el género de ciencia ficción o el de terror, utiliza muy bien algunos tópicos preexistentes y plantea una historia digna de una maratón, como si se viera una película o una serie corta. Su gore también es excelente para los amantes de este recurso, pues no solo hay sangre, sino cuerpos deformados y divididos que recuerdan al manganime Parasyte. Pérdida de identidad, paranoia y apocalipsis.  

Detalles técnicos:

Género: Ciencia ficción

Editorial: La Factoría de las Ideas

Año original de publicación: 2003

Año de publicación: 2014

Nº de páginas: 338

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