05 Jun
RESEÑA: La noche en la zona M, de Alberto Chimal

En esta ocasión el escritor mexicano Chimal se introdujo a la ciencia ficción dentro de la vertiente post-apocalíptica. ¿Cómo se vería un México tras la caída de las redes de comunicación y la destrucción de sus ciudades? Ahora que este tipo de historias goza de cierto auge, la literatura latinoamericana ha volteado los ojos a sus cauces fatalistas.

La noche en la zona M nos sitúa a inicios del siglo XXII cuando el mundo ha perdido su estabilidad social y los países parecen ya no existir, al menos en el caso de México. La nación es dividida por reinos repartidos entre diversos caciques y los supervivientes se convierten en vasallos de dichos sujetos, cada uno asentado en los escombros de los viejos estados. Tal es el contexto de las protagonistas, Lucina y Sita, quienes se desenvolverán como mujeres extrañas ante los demás por sus conocimientos en tecnología, ya que el resto de féminas viven bajo sumisión de los hombres.

Alberto Chimal. Fuente: Páginas de Espuma

Trama

Empezamos con una situación ocurrida tras los hechos de la novela. Las protagonistas huyen de algunos sujetos en una zona peligrosa, se entiende, por los rumores de supuestos monstruos llamados troceados. Cuando logran evadir a sus captores, se encuentran con una de estas criaturas e inmediatamente después la historia retrocede 15 días antes. En casi todos los capítulos avanzamos un día más para comprender el porqué de su situación crítica actual, a qué se dedicaban, en donde vivían, y qué las motivo a escapar.

Por otra parte, incluye múltiples recursos narrativos. Veamos. En la ciencia ficción existen muchas clasificaciones que obedecen a sus propios criterios, de modo que un libro puede ser etiquetado como biopunk (por su estética), utópico (por su discurso político) y soft (por su representación de la ciencia). Puede parecer engorroso e innecesario, pero hay casos como el presente para el que son muy útiles, pues la trama en sí es muy rica en contenido. Explicaré, entonces, por qué La noche es una obra post-apocalíptica, distópica y scrappunk.

Como ya mencioné, se sitúa a inicios del siglo XXII, pero asimismo en el año 36 desde el Día Cero cuando las redes mundiales cayeron. El apocalipsis o pasado del mundo se construyó de manera paulatina, no repentina, y aquel día solo significó el no-retorno para un proceso previo de anarquía. Los años posteriores solo acentuaron el panorama, pues la división territorial continuó y los hombres volvieron a tomar el poder mediante la fuerza y el dominio físico. Es así que no resulta inverosímil el sistema social patriarcal del “neo-reinado” por todo este contexto revelado a lo largo de los capítulos.

Y es el sistema el causante de la distopía en la cual viven las mujeres y las personas de pocos recursos. El reino del Centro, lugar principal de la trama, solo los sirvientes directos del rey gozan de algunos privilegios materiales mientras el resto sobrevive como puede de las sobras y los productos escasos obtenidos a partir de biomasa. No solo las mujeres se encuentran oprimidas. El régimen distópico alcanza a más esferas sociales.

Además, la nueva situación construye una estética scrappunk. El scrappunk es un subgénero de la ciencia ficción que consiste en la reutilización de la basura generalmente tecnológica para generar nueva tecnología. Y gracias al personaje de Lucina la nueva generación nacida tras el Día Cero puede aprovechar los restos del viejo México: proyección de películas, biomasa, bioplástico, etc.

Los tres enfoques nos permiten observar la riqueza de este mundo. No solo se nos revela la destrucción de México, sino el contexto para sentir el presente de la trama más vívida, creíble, consecuencia de un proceso histórico, aunque ficcional. Suele ser llamado worldbuiding en las sagas de fantasía épica. La estructura argumental tiene, por ende, una construcción completa no solo por establecer de manera precisa su inicio, nudo, clímax y desenlace, sino por gozar de un mundo bien construido desde su base. Por ello nada parece repentino o como un recurso narrativo de última hora, sino natural.

Scrappunk, el subgénero de la chatarra y de la novela. Créditos a quien corresponda

Personajes

El autor logra construir personajes convincentes, es decir, con voz propia y virtudes/ defectos. Sus personalidades, al menos en las protagonistas, tienen dimensión. Reúnen una serie de cualidades que las definen en sus reacciones y comportamientos como personas reales, y no tan solo como arquetipos.

  • Faiseven “Sita”: una de las tres protagonistas. Es una joven que vive en el Fuerte (centro militar y administrativo del Centro) junto con su abuela. Suele ser llamada por su apodo, proveniente de “princesita” y dado por Cecilia, la abuela de su amiga Plebe. Es impulsiva, un poco impaciente y renegona, por lo cual no suele aceptar las bromas y burlas del resto de soldados, quienes la tratan como extraña por tener una vestimenta atípica para las mujeres de la época (no usa falditas y prendas similares). Tiene problemas de comunicación con su abuela en cuanto a la confianza y las responsabilidades, pues cree que es infravalorada frente a la voz de mando de Lucina.  
  • Lucina: la abuela de Sita. Tiene más de 50 años, así que vivió la época previa al Día Cero y los primeros años del post-apocalipsis. Fue ingeniera cuando ocurrió la catástrofe y, por sus conocimientos, fue tratada de manera distinta al resto de mujeres. Sin ella, en el Centro no se podría reparar aparatos, crear algunos nuevos, etc. Estas habilidades le valen el apodo de “bruja” en los sujetos más jóvenes; algunos confunden magia con ciencia y tecnología. Tiene una relación conflictiva con su nieta, pero le tiene un gran aprecio. De hecho, ese aprecio la lleva a distanciarla de los demás para poder brindarle habilidades técnicas, así como una visión de mundo no sometida a la hegemonía masculina.
  • Celeste: inteligencia artificial y compañera de Lucina y Sita, quienes son las únicas que conocen su existencia. En el pasado fue humana, pero gracias a un proyecto científico fue almacenada como memoria y conservada en una caja especial. Es inclusive mayor que Lucina y conserva conocimientos anteriores a los 50´s del siglo XXI. Tiene la habilidad de conectarse mediante todas las cámaras y micrófonos repartidos en el Fuerte y todo el Centro, además de imitar voces y reproducirlas en altavoces. Como dato curioso, el autor publicó en Manos de lumbre el cuento “La segunda Celeste” sobre el origen del personaje.
  • Plebe: la mejor amiga de Sita. Su apodo proviene de “plebeya” y se lo colocó Sita como desquite por el fastidio de su abuela; el término se lo propuso Celeste. Al contrario que ella, es más alegre, positiva y mantiene costumbres relacionadas al rol femenino de esta sociedad post-apocalíptica, es decir, vestir con delicadeza, trabajar como el resto de mujeres para los hombres, querer enamorarse y contraer matrimonio, etc.
  • Sombra: soldado guardián del Fuerte. Aunque la mayoría tiene piel morena o un poco oscura, él tiene un pigmento más oscuro y por ello recibe algunas burlas (además de por su puesto). Su actitud se encuentra en el límite entre la inocencia y despreocupación, pero no parece albergar deseos dañinos para el resto. Además, se encuentra atraído hacia Sita.      

El catálogo de personajes femeninos es variado y se encuentran planteados de manera definida, reconocibles por sí mismas. Pero no ocurre lo mismo con el lado masculino, pues, aunque la sociedad de la novela sea tremendamente machista la mayoría de los hombres aparecidos son estúpidos porque sí, a excepción de unos cuantos. El desbalance deja cierta desazón ante un aspecto que pudo ser mejor aprovechado.

Otro punto negativo es la excesiva reiteración del sometimiento que sufren las mujeres. Ya la construcción de mundo y la trama lo dejan claro, pero constantemente las protagonistas intervienen con sus pensamientos o diálogos para remarcar la estupidez del hombre y el desfavorecimiento de la mujer. Cuando se repite constantemente un tema puede generar el efecto indeseado, el cansancio por dicho tópico, y aquí sucede en algunos momentos.

Forma  

Ya conocía la fama de Alberto Chimal como escritor con cierto mérito antes de empezar esta novela. Lo menciono porque al ir leyendo los capítulos noté la habilidad de alguien que, con el conocimiento de las técnicas literarias de tiempo y narración, solo deja fluir su esquema formal.

En palabras más sencillas, Chimal deja sentir que sabe hacia dónde van los caminos de la trama. El libro se compone de tres momentos: el inicio, durante le huida nocturna del grupo; el desarrollo o la cuenta regresiva a esa situación; el final, tras la huida nocturna. Al empezar la segunda parte el lector puede intuir el esquema, sí, pero esa predictibilidad sirve para engancharlo porque queremos saber qué ocurrió y qué ocurrirá con Sita y compañía.

El narrador también varía entre Sita, Lucina y Celeste. El cambio es muy acertado porque tenemos perspectivas distintas de una trama con secretos revelados de manera paulatina. Mientras Sita tiene sus conflictos emocionales sobre las prohibiciones y limitaciones impuestas, Lucina se preocupa por mantener sus secretos a salvo de la gente del Jefe o cacique del Fuerte y Celeste se halla en medio como una consejera y memoria histórica que explora y graba el presente. De por sí cada una es interesante, pero la variación le da un mayor dinamismo al desarrollo de los sucesos hasta el clímax, cerca del final.

Para ir terminando, les presento una de mis partes favoritas. Palabras de Celeste:

“¿Cómo eran nuestros días antes de la caída? Yo los viví y aquel tiempo no fue una edad de oro. Esta ciudad era terrible. Pero ahora extraño a la gente que ya no está y la belleza que antes no veía. El presente embellece al pasado: borra sus defectos. 

Por ejemplo, en aquellos días había tantas luces en las noches que no se veían las estrellas, pero en cambio parecía que las estrellas hubieran bajado a la Tierra para posarse en las calles y los edificios.

Hoy, tantos años después de que el mundo se cayó, de que quienes se fueron nos dejaron aquí, si no se sabe dónde mirar, se puede creer que el reino, la ciudad, el planeta entero están a oscuras.”

La noche en la zona M resulta ser una novela deudora de las distopías ya existentes: sabe utilizar esos recursos clásicos en el subgénero. Un gobierno en el post-apocalipsis, la sociedad del scrappunk o la basura, la pérdida de la globalidad y el retroceso a viejas costumbres, pero rodeados de cemento derruido… No significa una renovación radical de lo distópico y de los finales del mundo en la literatura, pero con lo ya expuesto crea su propia identidad. Y si yo lo disfrute no siendo mexicano ni conociendo el D.F., con mayor razón alguien que conozca o resida allí gozará de los lugares mencionados, tal vez alguna plaza, ambienta tras un apocalipsis (por ejemplo, el Fuerte antes era el Colegio de las Vizcaínas). Ojalá el autor publique una continuación.

Detalles técnicos:

Género: Ciencia ficción

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Año de publicación: 2019

Nº de páginas: 208

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