RESEÑA: El carruaje fantasma y otras historias sobrenaturales, de Amelia B. Edwards

El terror del siglo XIX tiene algo especial: la tenebrosidad de un pasado nostálgico. Cada vez que leo algo de la época ya siento un placer automático en tanto cada libro es como un viaje hacia atrás mediante la escritura de personas ya fallecidas, pero que en plena vida crearon las historias plasmadas en las hojas. Es por ello que conocer la producción de Edwards me resultó interesante —no había leído ni sabido nada—, más aún debido a su condición de mujer frente a una gama de escritores góticos como Poe, Stoker, entre otros. Claro, si solo fuera por su género, este cuentario sería una mera curiosidad histórica. Felizmente, no es así. 

Amelia nació en Londres en 1831 y falleció en 1892. Resulta ser conocida por sus investigaciones sobre Egipto, pero a lo largo de su carrera publicó algunas historias sueltas que La Biblioteca de Carfax reunió en un tomo con la traducción de Alberto Chessa. No son todos sus textos, pero sí una muestra de la narrativa gótica de la egiptóloga y, por ende, de una producción no tan divulgada de entre la narrativa de terror clásica, una continuación de la tradición de las ghost stories. 

En total el libro contiene siete cuentos de extensión mediana. Sus tramas suelen ser sencillas, sin la reunión de múltiples conflictos ni personajes que compliquen el nudo y su entendimiento. La compensación y mediación entre la extensión y la sencillez de sus historias es el estilo tan cuidado de la autora, que apuesta por la descripción y atención al detalle para crear atmósferas y cuadros sobre los lugares de tránsito de los personajes. Porque ese es otro aspecto transversal a todos, el tópico del viaje a partir del que los protagonistas enfrentarán sus respectivos conflictos: una carreta del más allá en el camino rural, un intento de asesinato durante un viaje, el encuentro con un espectro durante el día en un recorrido, etc. 

Amelia B. Edwards

Cabe decir que el principal inconveniente es el desenlace. Si eres un lector asiduo de este tipo de literatura es muy posible que adivines la naturaleza de los personajes y apariciones de cada texto. Si no lo eres, no te resultaría difícil adivinar la sorpresa. Es importante, por eso, tener en cuenta la época en la que fue escrita, donde estas historias se hallaban en auge y establecieron el modelo a seguir para el terror actual, ya sea que la readapte a situaciones contemporáneas o la trastoque con elementos más sangrientos. Además, no se apoyan en el factor sorpresa del final para sostener la historia, que de por sí resulta agradable de leer por sus personajes y sus recorridos en el camino hacia lo paranormal. Este fue mi caso. Pero ya basta de rodeos. Ahora te cuento sobre cada uno, sus tramas y mis apreciaciones sobre sus respectivos estilos y contenidos: 

• «El carruaje fantasma»: durante el frío diciembre en un páramo de Inglaterra, un cazador busca refugio en plena nevada para llegar hasta su hogar junto a su mujer. Con quien se encuentra es con un sirviente, quien lo lleva hasta una cabaña donde el dueño lo cobija y le indica un camino donde hallar movilidad, sin saber lo que le espera. La ambientación gótica, de esas con reminiscencias a las leyendas rurales, es uno de los puntos fuertes al acompañar a la perfección una trama sencilla como esta. El resultado no es el de un simple encuentro paranormal, sino el del acontecimiento paranormal en la vida del protagonista. Mi favorito del conjunto.
• «Una noche en los confines de la Selva Negra»: en un distrito de Wurtemberg, Alemania, dos viajeros se encuentran y deciden acompañarse en su ruta para hacer más llevadera su experiencia. Cuando llegan a una posada, poco a poco uno de ellos empieza a sentirse incómodo por las intenciones de quienes le rodean. Aunque la ambientación topográfica se mantiene, el atractivo resulta ser la relación entre ambos personajes. Así, si enfrentan ciertos peligros los lectores podemos preocuparnos por ellos. Este es el único cuento no fantástico del libro y con un entorno similar a las historias del viejo oeste.
• «En el confesionario»: un hombre cuya vida es errática emprende un viaje hasta el límite entre Alemania y Suiza, donde decide hospedarse. En aquella villa descubre a un párroco en el cuarto del confesionario de la capilla y su curiosidad por él incrementa; por ende, buscará conocer todo sobre él, inclusive si su trasfondo es macabro. Aunque de una calidad un tanto menor al cuento del carruaje, la atmósfera creada es digna de asombro en tanto lo gótico se construye en pleno día entre charlas en una posada, una caminata a las afueras de la iglesia y el atardecer, cuando acaece el clímax y la sorpresa final.
• «Una misión peligrosa»: se ambienta durante las guerras napoleónicas entre los siglos XVIII y XIX. Los dos jóvenes protagonistas se encuentran en el bando del Reino Unido y juntos experimentan las campañas militares con todas sus victorias y derrotas. Entonces, cuando ambos son llamados a la tropa de Landshut para atacar a los franceses, uno de ellos se arriesga y propone una pequeña exploración de reconocimiento, la cual podría acabar con la vida de todos los implicados. Es una de las más complicadas de leer salvo que tengas conocimientos históricos sobre la época, y aún con las notas a pie de página de la edición de Carfax, la lectura resulta interrumpida en pleno desarrollo y localización del trasfondo. Si se supera ello, nuevamente estamos ante una historia un tanto enternecedora de corte bélico con uno de los finales más emotivos de todos estos relatos.
• «El expreso de las cuatro y cuarto»: con el fin de pasar las Navidades con su amigo, un hombre de negocios toma el tren hacia Clayborough y se encuentra con un viejo conocido. Al despedirse en una estación, se percata del olvido de su cenicero y lo busca para devolvérselo, pero, de la nada, desaparece ante sus ojos. ¿Qué ocurrió con él? ¿Por qué su amigo y conocidos se sienten incómodos cuando escuchan su nombre? Estas interrogantes son respondidas en un desarrollo detectivesco y sobrenatural con una buena dosis de creatividad, pues un evento sencillo desencadena pesquisas cual bola de nieve hasta destapar la historia detrás de la historia. Junto con el del carruaje, me parece de los mejores.
• «La historia de Salomé»: Harcourt Blunt acompaña a su amigo en la visita a su amada, una chica indiferente ante ambos. La historia pudo haber acabado allí, pero Blunt empieza a enamorarse de ella y meses después decide regresar para conocerla, inclusive cuando su antigua tienda ya no existe. Es uno de los más flojos en tanto el conflicto corresponde a un tópico ya reutilizado para la época en el Romanticismo como el amor a primera vista. Esto aunado al final hacen que sea disfrutable, pero no tan peculiar ni ingenioso como otros del libro.
• «El Paso Nuevo»: dos amigos se hallan viajando por Suiza y llegan hasta una zona llamada Paso Nuevo, donde el protagonista observa a un hombre que agita sus manos para llamar su atención. No obstante, nadie más puede verlo. Si bien el carácter escéptico del narrador es coherente con su perspectiva frente al suceso extraño y al final, el mismo le es un defecto al cuento, reducido casi a una simple anécdota si no fuera porque el otro amigo sí tiene vínculos íntimos con dicha aparición. Es el más flojo de entre todos.

Los cuentos de B. Edwards son un descubrimiento para cualquier lector como parte de los antecesores de la narrativa del siglo XX y XXI. Contienen un miedo más pausado, leve, en construcción, acompañado de cierta melancolía en el final de cada uno, ya que los finales de estos cuentos no solo son cierres, sino la conclusión en los viajes de los protagonistas. Si los lees, posiblemente compartirás esta sensación.

Para conocer más detalles, puedes visitar la página web de la editorial. Sé que suena a propaganda, pero me compré algunos de sus libros y sus ediciones son muy hermosas. 

Detalles técnicos:

Género: Fantástico

Editorial: La Biblioteca de Carfax

Año de publicación: 2017

Nº de páginas: 237