Las novelas pulp tuvieron auge durante la segunda mitad del siglo XX y a finales del siglo pareció que habían mermado, o prácticamente desaparecido. Sin embargo, los lectores y deudores de aquella tradición retomaron su estética para continuar la producción de estas historias repletas de aventuras, elementos llamativos y tramas sencillas de entretenimiento. La presente obra de Francisco León es una de ellas.
Ambientada en una Tierra invadida y dominada por extraterrestres similares a cucarachas, los sxards, adopta el estilo de la novela negra en el caso de un asesinato que debe ser resuelto por el protagonista, un investigador a sueldo. Sectas, huidas, complots y otros elementos típicos de las historias de acción desfilarán en esta novela breve. Ahora bien, ¿qué tal es, realmente?
Si bien la literatura pulp suele ser menospreciada por los académicos o personas que leen novelas complejas (densidad semántica, guiño guiño), creo que por sí misma no es de mala calidad. Claro, hay mucho título olvidable, pero otros logran mostrar un alto grado de creatividad y versatilidad inclusive con subgéneros o elementos ya presentes en la ciencia ficción, como la space opera o las invasiones alienígenas. Escrito esto, entiéndase los siguientes defectos como propios de Cartagena Road, no del pulp como estética.
Empezamos con una premisa genérica como lo es una sociedad humana dominada por otra civilización alienígena, la cual genera su propia distopía mundial con abusos de poder, corrupción, etc. A ello se le añade la investigación de un crimen sin algún añadido particular especial. ¿Es un problema? No necesariamente. Aun así, podría tener un desarrollo disfrutable con giros de trama propios, que no sepan a refritos de estructuras argumentales ya conocidas. Veamos. Harry, el protagonista, recibe el encargo ya mencionado de parte de Mae Van pues su sobrina fue la asesinada. Y ya que el otro asesinado es hermano de otro personaje, Skinny, se contacta con ella para descubrir pistas sobre la identidad del asesino.
Esa es la mitad de la historia (sin ningún spoiler). La otra mitad realmente importante es el complot detrás de las muertes y el funcionamiento de una secta involucrada con el caso, pero no menciono mucho más para no malograr el final. Sin embargo, y aunque el giro final pueda parecer sorprendente, en realidad es anticlimático. El intermedio o nudo es una seguidilla de escapes, torturas y sexo en episodios que fácilmente pudieron eliminar o reducirse con alguna excusa en uno o dos sucesos que conecten el inicio de la investigación con el hallazgo de la secta. Los temas son interesantes, crítica social sobre la ecología y la manera en que las personas arruinan el mundo, o el control de la información y de la sociedad por parte de grupos políticos. Mas todo lo anterior no convierte en mejor o peor al libro, sino su tratamiento en la trama. Y sí, son coherentes con los hechos y la crítica es muy clara, pero pierde potencia en un desarrollo pobre y poco sorprendente.
El mejor apartado. Son solo dos los protagonistas y, aunque los secundarios pudieron ser mucho mejor aprovechados y desarrollados, no sufre de muchos defectos en la construcción de sujetos a comparación de lo ocurrido con la trama.
Como mencionaba, hay muchos personajes secundarios sin mayor importancia ya que aparecen en algunos momentos e inclusive algunos no reaparecen en escena. Es Jairo, el conocido de Percy Lomax, quien más destaca de entre todos pues no solo resulta clave para la investigación de Harry (le proporcionada los contactos), sino que le da un sentido cínico, pero lógico, al giro final. Con sus pocas apariciones ya perfilaba una personalidad tan marcada como la de los dos protagonistas.
La prosa del autor se encuentra medianamente cuidada. El narrador se encuentra en tercera persona y a su vez es omnisciente: conoce el pasado de los dos protagonistas, sus pensamientos y sensaciones, así como los planes de los antagonistas. Vamos, que lo conoce todo. Su capacidad absoluta no resulta un problema para la lectura, pero en algunos capítulos, cuando explora de pronto a personajes secundarios o el contexto de la nueva sociedad terrestre, el ritmo se rompe y sin demasiado provecho. Algunas veces estas digresiones o flashbacks resultan útiles, no en todos.
Por otra parte, no maneja un vocabulario muy variado. No lo menciono porque tenga la necesidad de incluir palabras rebuscadas innecesariamente, sino porque redunda en algunas palabras e inclusive las repite sin tantas líneas de distancia entre una y otra. No es una situación reiterada, pero sí un defecto menor. Otro inconveniente se halla en sus “mini puntos de giro”, un cambio repentino narrado sin demasiada fuerza en algunos pasajes; ejemplo: la caída de misiles en cierta zona durante un momento crítico para Harry.
Fuera de todo lo anterior, la escritura suele ser fluida; la lectura, veloz. Es de esos libros hechos para leer en pocas horas, comparado a ver una peli “palomera” durante una tarde.
Para finalizar, Cartagena Road es una novela pulp con un buen contenido temático y sostenido por protagonistas redondos, desarrollados, y que, aun así, no innova en su historia y recurre a elementos típicos de las sociedades invadidas y el mundo criminal de la novela negra. En contraste, tiene una construcción de mundo interesante (aunque con la ya gastada comparación entre vicios humanos y razas extraterrestres) como el control de la natalidad y la estatización de la economía como parte de la hegemonía de los sxards. Si quieres experimentar escenas de persecución, drogas, sexo y sectas sin mayores pretensiones estéticas, no tendrás mayores problemas con el libro. De lo contrario, no es el mejor ejemplo de literatura pulp o de ciencia ficción.
Pdt 1: la imagen de la portada está hecha por Jorge Monterrey "Monty", reconocido dibujante peruano. Y es de lo mejor del libro.
Pdt 2: si deseas leerlo gratis, dale click aquí.
Detalles técnicos:
Género: Ciencia ficción
Editorial: Korriente A
Año de publicación: 2019
Nº de páginas: 104