31 Aug
El pulp también contiene crítica social: Mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y C. M. Kornbluth

Mi relación con esta novela es un tanto curiosa por lo que pensaba de ella antes, durante y después de su lectura. Admito que el título me llamó la atención y con el arte de esa portada en su reedición de Minotauro no dudé en conseguir un ejemplar. Mis expectativas no eran altísimas, pero tampoco bajas, y conforme fui leyendo los capítulos disfruté de la historia y de su explícita crítica… Sin embargo, al finalizarla me quedé con cierta desazón de encontrarme ante un libro olvidable de ciencia ficción, bueno a secas, nada más. Y pues me equivocaba. 

Publicada en 1953, apareció por entregas en la revista Galaxy Science Fiction. Un dato en apariencia irrelevante en realidad resulta clave para acercarse a sus páginas, como detallaré más adelante. Pero, ¿de qué trata? Se ambienta en una Tierra donde los gobiernos no ostentan poder real de decisión, sino las grandes empresas transnacionales, las cuales compiten entre sí para obtener mayores ganancias; en especial, la terraformación de Venus. Así, Mitchell Courtenay es elegido como encargado del Proyecto Venus, pero sufrirá sabotaje por los competidores y se veré relegado al nivel más bajo de la sociedad. Una distopía del mercantilismo y la propaganda. 

Frederik Pohl

Trama 

Leamos. La mayor fortaleza del libro se encuentra en el desarrollo de su premisa. Mediante el uso de los elementos arquetípicos de una distopía, Mercaderes del espacio establece una base narrativa sólida para que, al menos durante la primera mitad, el lector pueda disfrutar de una historia concisa y coherente. Me refiero a la existencia de dos fuerzas en oposición: las empresas y los rebeldes o «consistas», cuyo fin inmediato parece ser sabotear el Proyecto Venus. Nuestro protagonista se verá envuelto en dicha lucha que aparece de manera velada, a veces con breves explosiones, pero no en su completa dimensión hasta que se alcance el grado máximo de la tensión. Por supuesto, la duda que el libro nos ofrece es acerca de quién es el verdadero antagonista de Mitchell: o los rebeldes o los competidores empresariales, o ambos. 

Por todo lo anterior, no esperemos leer una space opera. El título no engaña cuando anuncia que la obra trata de eso, de mercaderes del espacio que persiguen el control de las ganancias que pueden extraerse de los astros, un campo aún muy fértil en el mundo de la obra. Si ello se considera, entonces la crítica que sostienen los rebeldes vuelven más interesante al libro. La ACM, siglas de la Asociación Conservacionista Mundial, de los consistas, afirma lo siguiente: 

La ACM considera que la explotación desmedida de los recursos naturales ha dado origen, sin necesidad, a la pobreza y la miseria. La ACM, considera que la explotación ilimitada de esos recursos significará el fin de la humanidad. 

¿Y por qué pulp? Recordemos que se publicó por entregas en la revista Galaxy que, si bien trajo al mercado editorial textos del género centrados en lo social más que en lo tecnológico, no deja de ser parte de una previa tradición folletinesca, donde surgió la literatura de pulpa. Más importante todavía son las características de la novela de Pohl y Kornbluth. Constantemente ocurre algo, las reflexiones no acaparan numerosas páginas y el ritmo, aunque no vertiginoso, es dinámico, sí, como en otros libros «pulperos», limitados por su corta extensión de páginas. Mercaderes no es una historia larga, pero tampoco llega a ser una novela corta. Y con tal duración (poco más de 200 páginas), transmite de manera directa su crítica hacia el marketing y su manipulación de la realidad para los consumidores, y de la explotación desmedida de los recursos. 

Ahora bien, no todo es perfecto. Haber aparecido en entregas nos permite entender la falla que sufre la continuidad de su historia en los últimos capítulos, pues, si bien las traiciones y revelaciones se conectan con la premisa original, no parece que los autores se hubieran planteado un desenlace definitivo. En cambio, trastabillan en nuevos hechos que aumentan las páginas, pero con la sensación de que el libro finalizara y continuara en una secuela durante los últimos segmentos. No lo justifica, pero si menciono el formato de su publicación es para poder entender que, probablemente, cada última aparición en un nuevo número del magazín constituía una microhistoria, que parecía alejarse del conflicto central. De hecho, existe una segunda parte: La guerra de los mercaderes (1984). 

Cyril M. Kornbluth

Personajes 

Otra razón por la cual tiene un espíritu pulp es este apartado. Salvo por el protagonista, el resto de sus personajes son planos y funcionales, útiles para elaborar la crítica y avanzar la trama, pero no para presentar dilemas morales concernientes a individuos, sino a problemáticas sociales. 

  • Mitchell Courtenay: el anterior encargado del área de Producción, antes de ser promovido a jefe de la sección Venus encargada de los viajes a dicho planeta. En su vida tiene dos prioridades, los cuales son su empleo y su relación de pareja con Kathy, ambos tambaleantes durante el desarrollo del libro. Su propio estatus no solo será alterado al ser víctima de un complot, entonces, sino su propia visión de mundo. Recordemos que existen grupos divergentes, los consistas, que intentan derrocar al sistema y él, como parte de este último, no saldrá ileso en sentido psicológico luego del contacto con los sectores más básicos y pobres de la sociedad en el mundo laboral. Sin embargo, un punto a favor suyo es que toda la comodidad de una vida no se derrumbará por ciertos eventos, sino que ampliará su visión para hallar a ciertos infiltrados en quienes le rodean y en procurar mantener su poder económico; en otras palabras, no es un héroe antes ni durante ni después de su enfrentamiento con personas radicalmente opuestas. Por ello, su desenvolvimiento es creíble, no forzado por el discurso social que contiene la trama. Por cierto, no pude evitar pensar en el protagonista de la novela Mañana, las ratas (José B. Adolph), Tony Tréveris, pues tienen personalidades similares, conflictos internos parecidos, aunque destinos distintos.
  • Kathy: aunque Mitchell la desea como esposa, su relación se halla fracturada. Ejerce la Medicina y, como se revela en una conversación entre los dos en su hospital, es muy curiosa. Por ello, aunque no sienta un gran rechazo por el protagonista, tampoco corta toda relación con él. Su importancia no solo se limitará al ámbito amoroso, como se notará al leer el libro, sino que cumplirá un papel importante para la resolución de los eventos, pero como personaje no tiene mayor profundidad o riqueza.
  • Fowler Schoken: el jefe de la Sociedad Schocken, empresa protagonista. Su importancia es accesoria, pues en tramas sobre empresas suele aparecer el encargado o encargados, el que designa a Courtenay en su actual puesto. La razón se halla en la confianza depositada en él, confianza que no le impide ser calculador y precavido, al menos para planear las campañas publicitarias de sus proyectos y el cuidado frente a los competidores.
  • Matt Runstead: trabajador de la Sociedad Schoken y adulador de Fowler. Transmite la imagen de un interesado, alguien que desea medrar o ascender mediante favores o palabras bonitas a su superior. Pero él es más que eso… y no puedo revelarlo para no soltar spoilers.
Fue publicado originalmente como «Gravy Planet» en la edición de 1952 de la revista Galaxy Science Fiction. 

Forma

En total se compone de 19 capítulos con una duración media de 12 páginas en cada uno, aunque puede variar entre 10 y 17, aproximadamente. Si se tiene en cuenta el tamaño grande de las letras en la colección Esenciales de Minotauro, entonces no resulta pesado terminar un episodio para pausar la lectura. 

Otra razón por la que la escritura del libro resulta cómoda es por su estilo. No destaca en innovaciones dentro de la prosa o un uso «estilizado» de las figuras retóricas, pero, a cambio, su simpleza transmite bien lo que desea comunicar: trama y mensaje. El segundo es explícito, no hay sutilezas o dobles lecturas que se puedan extraer. Cuando se expresa el descontento sobre el consumismo, el capitalismo salvaje y la explotación laboral, los diálogos y los sucesos lo colocan en primer plano, característica que no entorpece la historia, por cierto, justamente por su atmósfera pulp ya explicada en el apartado de «Trama». De hecho, concuerdan. 

Mercaderes del espacio es de esos clásicos que tienen valor histórico, acaso un poco más que literario, por la buena recepción que consiguió en su época, así como por entrelazar dos etapas de la ciencia ficción: el dinamismo del pulp cincuentero y la preocupación social sesentera. Por supuesto, no son divisiones tajantes, pero la Edad de Oro y la Nueva Ola presentaron aspectos generalmente disímiles, y esta obra de Pohl y Kornbluth, publicada en 1953, amalgamó ambas.

Detalles técnicos:

Género: Ciencia ficción

Editorial: Minotauro

Año original de publicación: 1953

Año de publicación de la presente edición: 2019

Nº de páginas: 255

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