Aún no podemos habitar planetas lejanos, pero gracias a la ciencia ficción podemos darnos algunas ideas sobre cómo una nueva vida así sería. Sin embargo, no siempre puede ser un buen plan como me dio a entender la presente revista. Hoy encontrarás mundos vegetales, tóxicos, arbóreos y, a veces, similares al nuestro; o sea, violentos, como no.
Líneas de cambio es una revista de fantasía y ciencia ficción en español que reúne relatos de escritores hispanoamericanos y cuyo grupo editorial está compuesto por Víctor Grippoli y Valeria Rodriguez. Este primer número fue publicado en 2018 y a la fecha cuenta con más de 3, todos disponibles en la página web de Lektu (algunos se venden en Amazon).
¿Qué nos ofrecen los relatos? Como mencionaba, la temática principal es el viaje a otros mundos. En total son 10 cuentos mas 4 poemas de distintos autores y con una calidad variable, en la mayoría no muy originales. La space opera permite crear espacios e imágenes increíbles y muy llamativas, presentes ellas en la mayoría de relatos. Sin embargo, un vicio en el cual puede caer este subgénero es el de la sorpresa por la mera sorpresa, es decir, tan solo impresionar con elementos exóticos y no crear una historia interesante y lo más original posible para sostener todo el texto, y que no parezca más un cuadro pictórico en letras. En esta ocasión algunas historias caen en ese problema, como «Líneas de cambio» y «Cavernario».
Otro problema es la escritura, y tenemos dos casos que revelan aún una falta de perfeccionamiento en el estilo, uno que no termina de tener una voz propia reconocible y potente. Por un lado, en algunos casos la prosa es muy simplona y tan solo describe sucesos y deja a sus personajes con actitudes y diálogos planos, como en «Líneas de cambio». En el otro lado, se intenta crear un efecto lírico o, mas bien, recargado de sentimiento, de modo que se acerca más al patetismo sentimental en vez de una expresividad auténtica, especialmente en personajes enfrentados a mundos y tiempos más allá de su comprensión; ocurre en «Terrestre» y «Cavernario».
Un último punto negativo es la edición. Las imágenes son muy simples tanto en los trazos como en los diseños. Y el problema no es que sean artesanales, sino la propia impericia de los creadores. Por otra parte ―y creo que más importante para la experiencia de lectura en una revista― el índice y orden de los textos es deficiente. La tipografía es idéntica para los títulos de los cuentos, de las imágenes y de los autores en ambos casos. Aunque son identificables, esa homogenización no es amable para la vista del lector (todos van en cursiva). Además, hubiera sido una buena idea separar los relatos de los poemas y no mezclarlos sin razón alguna como ocurre.
Pero no todo es negativo. Inclusive algunos que no mencionaré a continuación, como «El cadáver del rey está en Regtialum», son disfrutables por algunos visos de interés o genialidad, especialmente en la trama o la ambientación. Sin embargo, hay tres relatos que destacan sobre el resto con ideas más creativas o atractivas, inclusive si toman elementos ya conocidos como los mundos inhóspitos y hostiles. Y, sobre todo, están mejores escritos.
- «Nómadas», de Dani Roig: en una nave espacial, un grupo de jóvenes comandados por la abuela robot viajan hacia un nuevo planeta. No obstante, la señora se encuentra moribunda y decide entrenar a las mayores para que puedan sucederle en el mando, puesto que podría morir antes de que el viaje se completase. La trama es sencilla; la extensión, corta. Pero la carga emocional se deja sentir en la prosa mientras se nos muestra la interacción entre las mayores cuasi adolescentes y una mujer que bromea por su composición artificial. Éste es un ejemplo de que no toda space opera debe ser barroca o estrambótica para sobresalir.
- «El nuevo mundo», de Poldark Mego: el mejor cuento del número. Un grupo de humanos viaja al planeta K-70029 para terraformarlo, pero en el camino sufren un accidente espacio-temporal que los arroja hacia un mundo desconocido perdiendo gran parte de la tripulación. Dos personas distintas narran mediante bitácoras lo acaecido día tras día con los sobrevivientes, el cómo es el lugar y los peligros que todos afrontan, sea por la naturaleza o por ellos mismos. En este caso nos encontramos ante un tópico ya explorado por el pulp sobre nuevos astros llenos de vegetación y animales desconocidos, pero aquí funciona muy bien puesto que se logra transmitir la tensión de la permanencia entre la vida y la muerte. No solo es la desventura, sino las reflexiones en torno a ella lo que convierte al relato en una gran historia que inclusive tiene potencial para expandirse, si se deseara, porque el final remata muy bien el tema de trasfondo: la evolución y la depredación.
- «TSP número 4», de Adrián García: de los tres, el más creativo. El científico Freddie Nixon presenta su último invento ante la población: un tren que transporta pasajeros hacia sus recuerdos de manera vívida. Las personas descienden a una estación que los transporta hacia cualquier momento de su vida con la seguridad de que el medio de transporte volverá a aparecer para regresarlos a la realidad. Sin embargo, ¿qué pasaría si fallara? La premisa es muy interesante y, aunque a simple vista no tiene relación con el tema de los viajes entre mundos, sí que puede relacionarse y se relaciona. Pero mi problema viene justamente con el último punto, pues mientras un poco más de la primera mitad el cuento mantiene su camino narrativo, hacia el final y la conclusión rompen con el conflicto que se venía creando. El final me pareció narrado de manera abrupta y anticlimática para lo que prometía la historia. Aun así, el riesgo tomado por el autor me parece más atractivo que en la mayoría de las demás historias fuera de éstos 3.
Los poemas en general son buenos, sobre todo el «Poema 1» de Leonardo Grippoli. Las imágenes retóricas utilizadas caen bien en el ambiente espacial de la revista. Mi único pero es la adjetivación, que debe ser cuidada a fin de no recargar innecesariamente los versos. Ah, por cierto, si leen «Ciudadano CaSO4·½H2O para volver a குமரிக்கண்டம்» no pierdan la cabeza: aborda el mítico continente Kumari Kandam, un equivalente a Lemuria o la Atlántida.
En resumen, la revista debe mejorar en su apartado gráfico y en la selección de sus textos, ya que también es necesaria una buena escritura para que una historia sea respetable. Ello no solo es responsabilidad de los propios autores, sino del editor y corrector de la publicación ya que en más de un caso aparecían fallas ortográficas e inclusive había una mala disposición de líneas enteras, mezclando oraciones inconexas («El mundo de los microsoles»). Aún queda camino por pisar, y ésta vez con fuerza.
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Detalles técnicos:
Año de publicación: 2018
N° de páginas: 169