20 Mar
RESEÑA: Planetas Prohibidos #1

Aunque algunos digan que no, la movida de la ciencia ficción en España sigue más presente que nunca. Si ya hay una tradición pulp en el siglo XX, en el nuestro tenemos revistas como la presente que nos indica la permanencia del género prospectivo aun en la era de Facebook e internet. Más pertinente que nunca, de hecho. Todo esto viene a colación del contenido del primer número de Planetas Prohibidos, que en su mayoría pertenece a la sci fi y cuya portada se asemeja a los bolsilibros de Bruguera.

Los artículos son tanto de opinión como de información. El de GuillNo solo podemos apreciar cuentos. Se encuentra dividida en 6 secciones que le dan variedad temática no solo por los distintos tipos de textos, sino porque no hay un tópico central que determine el contenido. Así, tenemos artículos, un pequeño espacio para un escritor específico, los relatos, poesía, una reseña y un cómic. Todo ello gracias a Javier Arnau, Lino Moinelo, Guillermo de la Peña, Marta Martínez y Jorge Vilches. Guillermo de la Peña nos “habla” sobre Blade Runner, el proceso de filmación y sus distintas versiones además de su contenido simbólico para comprender si Deckard es o no un replicante. En cambio, Jorge Zarco nos da otro enfoque de este clásico con las películas que pudieron inspirarla, así como de las que siguieron su estética y temática. Lino Moinelo aborda la originalidad de la saga de los Aznar, conjunto de novelas del español Pascual Enguídanos (George H. White) que habrían implementado novedades tecnológicas para su época. David Mateo opina sobre la situación del mercado editorial ciencia ficcionero, de inicios de nuestro siglo hasta 2011. Y la reseña en esta ocasión es sobre Tron: Legacy.

Algunos de los libros de la saga de Aznar (imagen extraída de todocoleccion.net)

En cuanto a los relatos, si bien varios de ellos toman lugares comunes en la ciencia ficción y la fantasía (como las naves extraterrestres, la muerte con guadaña o los mundos virtuales), no son del todo una copia más del género y algunos llegan a destacar por la fuerza que sus propios personajes y enfoque otorgan a la historia. Y como son de distintos autores, prefiero tratarlos por separado:

- «La unidad de servicio doméstico», de Joe E. Alamo: Ricardo Java, ingeniero en robótica, prepara para su jefe Sebastián Tyrell un nuevo prototipo de robot: Belinda II. A comparación de la primera versión, esta mejora restringe su obediencia a una sola persona, es decir, a Sebastián, pero los problemas ocurrirán justamente por ello. Este relato es un homenaje explícito a la ciencia ficción de Asimov en su universo “robotiano” y logra su cometido. Es decir, el elemento tecnológico lo tenemos claramente en el robot, emblema del escritor clásico, pero Alamo logra crear una historia lo suficientemente independiente para entender el inicio, el conflicto y su desenlace con o sin Asimov (lo cual no quita que la línea final se enriquezca conociendo su literatura).

Isaac Asimov (imagen extraída de elconfidencial.com)

- «La pared acristalada», de Miguel Ángel López: Una invasión del espacio ha despojado la libertad a las personas. Encerrado en un prisma de cristal, uno de los reclusos observa fuera de su prisión una vez tras otra la reproducción de un momento doloroso para él: la discusión final con su pareja. La atmósfera de soledad y desesperación da pase, de modo paulatino, a un anestésico estado que nos puede transmitir la importancia de la libertad. Sin embargo, el cuento también refiere a la condición humana de manera explícita en cierto momento de la historia que complejiza a la vez su contenido, en donde no hay blanco ni negro y la víctima puede ser también el victimario. Lo genial: esto se traslada al lector. De verdad.

- «La película de tus sueños», de Juan de Dios Garduño: Roberto tiene una vida de «puta mierda»: trabaja de guardia de seguridad, no es agraciado físicamente y no le gusta la gente. Fayna es una chica soñadora: a pesar de ser una actriz de papeles irrelevantes, intenta esforzarse por ser reconocida. Ambos mundos se encontrarán dando al relato una dimensión fantástica por el modo en que lo hacen. Dicho aspecto de juego entre las realidades es un acierto y se logra dar de modo dinámico, de un salto entre perspectiva y perspectiva que le otorga fluidez a la historia, sobre todo para ser el texto más extenso de este número.

- «Funcionario furioso», de José Vicente Ortuño: Guillem es un funcionario de toda la vida que, a pesar de su experiencia, nunca tuvo mayor felicitación por su labor. En el presente de la trama, el mundo ha cambiado tecnológicamente y ahora se aplica lo digital para aligerar las labores burocráticas. Pero este proceso llega a límites radicales, ya que los empleados de bajo rango se ven obligados (si no quieren ser desempleados) a olvidarse de su cuerpo físico y vivir solo en un mundo virtual mediante la extracción de su cerebro en unos frascos especiales. Cual justiciero furioso, un día Guillem asiste al trabajo con una katana, arma que utilizará para fines que ya te puedes imaginar. Este es uno de los mejores relatos por la problemática que plantea entre el desarrollo tecnológico y el desempleo, así como de la deshumanización del ser humano como simple objeto. La historia, si bien tiene cierto punto de giro en la mitad que cambia el hecho de la venganza inicial hacia los jefes, sigue manteniendo el perfil psicológico de una persona cansada de su situación y del mundo en general, por lo cual el autor ha sabido construir un buen personaje.

- «Idea para un cuento», de Juan Manuel Valitutti: Un escritor siendo entrevistado por un viajero. ¿La peculiaridad? El entrevistador es un crononauta del futuro. Aunque el tema de los viajes del tiempo no es original, el enfoque aquí dado es simpático. Los personajes se sienten reales aun en pocas páginas de diálogo y el juego temporal que esconde el trasfondo de la historia también convierte al cuento en un buen homenaje a H.G. Wells (así como el primer cuento con Asimov), una nueva versión de cómo habría creado él La máquina del tiempo.

H. G. Wells (imagen extraída de 20minutos.es)

Finalmente, el primer número termina con dos poemas, la reseña a Tron: Legacy y una historieta. Recomiendo las imágenes creadas por los versos de «Destruyendo la realidad», de Carlos Daminsky, que aunque no con líneas innovadoras logra transmitir el ambiente post-apocalíptico de su mundo. Y, como bocado de cierre, una historia sencilla y disfrutable de M. C. Carper con las viñetas de Promesa eterna, en donde un grupo de guerreros romanos se internarán en tumbas egipcias para intentar obtener la vida eterna, sin saber lo que les espera… desde el suelo. ¡Eso es todo!

Por cierto, aquí pueden leerlo gratis: http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/02/planetas-prohibidos-1-04022011.html

Detalles técnicos

Año de publicación: 2011

N° de páginas: 93

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