19 Jul
RESEÑA: Crononautas #1

Esta reseña será un poco especial por la siguiente razón: aparece un artículo mío. Realmente no suelo mandar textos a publicaciones periódicas, sean académicas o no, pero al pertenecer la presente revista a la ciencia ficción tuve muchas ganas de participar, además de que en aquel entonces sí tenía información interesante para ofrecer. Vayamos, pues, a revisar Crononautas.

Es una revista peruana aparecida en febrero del 2020 con una convocatoria previa para la recepción de artículos y textos literarios. Su formato es físico y debería haber estado a la venta aproximadamente en marzo, pero la cuarentena en el país detuvo su circulación (así como el de editoriales nacionales). Sin embargo, a fecha de julio, con el encierro finalizado, en la librería Arcadia Mediática ya se venden ejemplares, además de que siempre se puede consultar la página de Facebook de la editorial Pandemonium, la responsable del magazín.

Pero ya basta de publicidad y vayamos al contenido. El primer número tiene como temática la distopía, de modo que todo su interior aborda el tema. Al agrupar distintos escritores, los relatos, poemas y artículos son también diversos, punto ventajoso para quienes puedan aburrirse con uno u otro, siempre con la posibilidad de explorar un nuevo estilo e historia. En total son 19 cuentos, 4 poemas, 4 artículos y una entrevista al escritor Daniel Salvo; además, el prólogo está escrito por Jim Rodríguez. ¿Qué tales son?

Los artículos abordan la construcción ficcional de la Guerra Fría en las películas Watchmen y X-Men origins: first class (Juan Manuel Arriaga Benítez), una serie de ejemplos sobre distopías no tan conocidas en otros medios artísticos, aparte del literario (César Santiváñez), ejemplos de novelas latinoamericanas distópicas (yo) y recomendaciones de distopías peruanas y extranjeras (Carlos Saldívar). El mejor en cuanto a contenido y escritura es el de César, no solo por su variedad de recomendaciones, sino por articular el contenido como si fuera un cuento, uno sobre un sujeto que intenta rescatar sus pertenencias en su hogar antes de que enviados del gobierno los destruyan. Muy entretenido.

En cuanto a los relatos, se encuentran los regulares, los buenos y los muy buenos. Me detendré en el último grupo, pues son los que realmente valen la pena. No obstante, veamos de modo general al resto. Considero que en los regulares están “Los experimentos de Hilario” (Adriana Alarco de Zadra), “El último hombre” (Daniel Carals Flores), “Herbert Wells: el eterno soñador” (Israel Montalvo), “Oportunidad” (Kalton Harold Bruhl) y “24+1” (Rayco José Marquina Olazábal). Uno de los principales problemas de estos casos es la falta de tensión narrativa, ya que esbozan un mundo futurista, pero no plantean un(os) personaje(s) con un conflicto desarrollado que contenga puntos de quiebre, clímax y desenlace lógico; no basta con describir una sociedad tirana. Principalmente, los de Alarco y Carls presentan ese defecto. Por otro lado, su escritura es muy tosca, pero no por alguna estrategia retórica que se perciba hecha adrede, sino por la falta de ritmo en la propia prosa, como ocurre en los otros casos, especialmente en “Oportunidad” (“Abandonan la cafetería. Carlos se despide. Susana hace un silencio incómodo. Carlos comprende”).

En los buenos se encuentran “La segunda esposa” (Sarko Medina Hinojosa), “La granja” (Liliana Flores Campos), “Identidades sexualizadas” (Victor Miguel Gripolli), “La denostración del crisantemo” (Manuel Mörbius), “Luz del mundo” (Daniel Salvo), “La habitación del ángel” (Luis Bravo), “Zoonosis (27 D.M.)” (Kenny Alcántara Lucas), “Deseo ancestral” (José Gregorio González Márquez) y “Premonición” (Yaqui Brun). Uno de sus ejes temáticos es la manipulación del cuerpo humano a partir de agentes de poder, ya sea mediante políticas del gobierno de turno o violencia física directa. Por ejemplo, en el de Medina se limita la cantidad de hijos por familia, mientras en el de Bravo se extrae el hijo del vientre materno para usos del Estado; o también se manipula la elección de la sexualidad en el de Gripolli, o se oculta el disfrute del sexo en el de González.

Ahora bien, estos cuentos son mejores que los anteriores por presentar al menos una trama desarrollada, con un inicio, nudo y desenlace concretos. Sin embargo, algunos sufren de una escritura regular, a veces con un lenguaje falsete e histriónico (“Identidades sexualizadas”), o sin nada destacable. Asimismo, sus tramas abordan elementos típicos de las distopías: sistema opresor y una víctima consciente de los abusos. Son disfrutables, pero no innovan demasiado en la temática. De todos modos, me gustaron mucho “La segunda esposa”, “Luz del mundo” y “Premonición”, este último con un final cliché, pero muy efectivo, y los dos primeros con elementos peruanos que le dan cierto estilo propio, como el uso de nombres nacionales para personajes o el abordaje del racismo a las personas andinas.

Y, ahora, para mí los mejores son:

  • “La última defensa” (Juan Pablo Goñi Capurro): se acerca el ataque de los “salvajes”, o la gente que vive en la miseria, a la gran ciudad protegida por cerco eléctrico y bestias quiméricas. ¿Cómo deshacerse de los atacantes sin ser devorados por las propias criaturas si la energía se está agotando? Si bien es cierto que se utiliza la clásica división de ricos versus pobres, ambos separados en lugares opuestos, el cuento lo utiliza para aplicar ese clásico dicho de Nietzche sobre el abismo que observa al observador, o quiénes son los verdaderos monstruos. Además, los diálogos y el modo de presentar la historia son muy buenos. 
  • “Pleonasmo” (José Ángel Conde): ni prohibiciones violentas ni destrucción de libros al estilo de Fahrenheit 451; la distopía provino no solo del gobierno. El relato es muy corto y no quiero revelar muchos detalles de la trama, pero es un gran ejemplo de condensación, de cómo se puede contener una trama con ritmo narrativo en pocas palabras. En estilo propio, el mejor, y de mis favoritos.
  • “El gobierno de los excelentes” (Jeannette Realpe Castillo): Fa ha decidido abandonar la clase dirigente del gobierno, por lo cual los representantes del poder le leen la formalización de su elección. ¿Por qué el protagonista querría ir al otro lado, hacia el Continente de los Medianos? Creo que la historia es un buen giro de tuerca a las distopías, pues no solo resulta que uno de los miembros del grupo de poder se retire por voluntad propia, sino que en realidad las víctimas no son los “oprimidos”. De hecho, el final me hizo reír por un último gesto astuto.
  • “En deuda contigo” (Covadonga González-Pola): el cuento más enternecedor y cercano a nuestra realidad. La joven Sira desea unirse al ejército, pero para lograrlo necesita una gran cantidad de dinero y suerte. Y no es lo único que la mortifica, sino también la situación de su madre, quien sigue trabajando para mantenerse a sí misma y a su hija a pesar de tener más de 80 años; al fin y al cabo, aún no puede jubilarse. El gran acierto del relato no es tanto presentar una situación dramática de madre e hija, que ya de por sí impacta, sino desarrollar esa relación de manera verosímil hasta ese final. Frente a un sistema distópico de carácter económico, la tensión cotidiana y familiar se plasma muy bien en diálogos con profundidad, no solo por mostrar los mensajes de cada una, sino por sugerir sus propias emociones en lo que dejan de decir.
  • “Plutonio ético” (Amparo Montejano): el mundo antaño limpio para Vicente, cuando podía disfrutar de un ambiente ecológico junto a su amada Gregoria, ahora se haya contaminado. Es más, el protagonista se encuentra en peligro de muerte. Ya en su ancianidad está vigente la práctica del “reciclaje” humano, consistente en la eliminación de los ancianos en pos de conseguir nueva materia para el funcionamiento de esta nueva sociedad pragmática. Si el anterior cuento era el más enternecedor, este es uno de los más truculentos gracias a la situación de Vicente, pero también por el contraste producido entre el presente y el flashback sobre él y su hija, muchos años atrás. La autora utiliza elementos arquetípicos de otras distopías, sí, pero, así como Covadonga, logra transmitir la frustración del personaje.

Para ser un primer número, Crononautas ha logrado reunir diversidad en su contenido tanto en calidad como en historias: gobiernos impuestos por extraterrestres, prohibiciones a la inteligencia y la creatividad, destrucción del cuerpo humano, enfermedades letales, etc. Si bien es cierto que varios de los escritores necesitan pulir su estilo en escritura y creación de historias, el costo de la revista es de 10 soles (2,85 dólares), un monto justo y correlativo con lo que ofrece.

Detalles técnicos:

Año de publicación: 2020 (febrero)

Nº de páginas: 80

 

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