31 Aug
RESEÑA: Cruz Diablo #1

Aunque parece un detalle menor, es interesante que el nombre de esta revista tenga un significado proveniente de Argentina, en tanto que en el Río de la Plata significa el miedo proveniente de factores sobrenaturales o poderes malignos, como se afirma en la introducción. Y es que nos encontramos frente a una publicación argentina que ofrece cuentos de terror, algunos inclusive ambientados en el país.

Cruz Diablo apareció por primera vez en abril de 2016 y ya cuenta con 6 números, además de algunas entregas especiales. Rogelio Oscar Retuerto es su director y responsable, asimismo, del blog que lleva el mismo nombre con el fin de difundir el nuevo contenido de cada edición. Lo interesante de estos magacines virtuales es poder conocer la producción de nuevos escritores, así como ocurrió en el pasado con los folletines y las revistas pulp y, así, es que el primer número trae 8 relatos enmarcados en el terror fantástico y realista.

Del terror fantástico dan cuenta «Vortex», «Toma de rehenes», «La carnada», «Encuentro fatídico» y «Pom Pom». «Encuentro fatídico», de Carlota Dalton, trata sobre una joven que intenta comprobar si el conjuro que aprendió durante una piyamada funciona de verdad, mientras que «Pom Pom», de Oscar Edur Barakaldo, aborda la historia de una niña que vive en una plaza por culpa de su perro de plástico viviente.

Los otros tres son de los mejores de este número, así que les comentaré un poco más:

  • «Vortex» (Natalia Cáceres): tres personajes, tres perspectivas de una única situación. En plena avenida aparece una especie de carroza, del cual salen payasos con intenciones desconocidas para los espectadores. Un niño, un adulto y un anciano son testigos del hecho que, conforme avance el relato, empezará a tomar tintes más siniestros. La fortaleza del cuento reside en ese giro que la autora les da a las historias de payasos terroríficos hacia el final, dando sentido a todo lo ocurrido.
  • «Toma de rehenes» (Marcelo Adrián Lillo): una familia compuesta por padre, madre y una pareja de niños son víctimas de un asalto en su propio hogar, pero el papá parece más preocupado por lo que pueda suceder por el delito, nuevamente, y en perjuicio de los propios asaltantes. No diré más para no hacer spoiler, pero el final es uno de los dos mejores de todos los presentes cuentos no tanto por lo que sucede, sino por el cómo se narra lo que sucede, aquello que deja sobrentendido.
  • «La carnada» (Oscar Edur Barakaldo): tres tipos se encuentran en un auto manejando a través de una carretera solitaria y totalmente oscura, iluminados solamente por las luces del coche. De pronto, chocan contra un bulto que aparece de la nada y descienden para investigar qué ocurrió. Y como muchos sabemos, las historias de encuentros en la carretera no suelen poseer entes positivos, pero a la vez tienen un encanto peculiar pues recuerdan a las leyendas urbanas clásicas de terror, lo que logra Barakaldo aquí mediante una muy buena ambientación, inclusive desde el diálogo inicial entre los personajes. Además, el escritor le da un toque personal a la estructura de este tipo de historias… lo cual no diré para no malograr la trama.

En cuanto al terror realista, sin dudar hay dos: «Diario de Nattramm» y «El coleccionista de ojos». «Diario de Nattramm», de Ariel S. Tenorio, es lo que propone el título, el diario de un protagonista con graves problemas mentales que lo llevan a herir a los demás y a sí mismo para sentir que sigue vivo; de modo similar, en «El coleccionista de ojos», de Marcia Morales, una persona siente el placer por coleccionar ojos de cadáveres y de personas olvidadas por la sociedad, como aquellos que viven en la calle. Ambos son de los más flojos del número, el primero por un quiebre abrupto sobre su trama, y el segundo por un estilo narrativo muy plano.

Y el cuento restante es el mejor de todos, pero a la vez se halla en el límite entre el realismo y la ciencia ficción: «Carne», de Rogelio Oscar Retuerto, el director de la revista. Lleva la pobreza hacia el extremo del canibalismo, una sociedad distópica en donde algunas personas tienen que conseguir carne humana para intercambiarla por otros alimentos. En tal contexto, la pareja protagonista se enfrenta ante la disyuntiva de sacrificar a los padres de la mujer para seguir vivos unos días más. El inicio ejerce de manera potente, pero a la vez figurativa, la crítica social desarrollada en la historia, potenciada por una narración cruda acorde a la situación y al mensaje directo que ofrece el texto. Y, aunque se vale de elementos posibles en nuestra realidad, creo (o espero) que en Argentina no existe esta situación tan terrible, de modo que «Carne» sería una advertencia del peligro que encierra el abandono hacia sectores desfavorecidos por un sistema político y social.

Solo queda añadir que el único problema que noté fue la falta de corrección de estilo en la puntuación o, inclusive, en la continuidad de las oraciones. Muchas veces coloqué de manera mental las comas, puntos seguidos y conectores que faltaban a los cuentos. Entiendo a la publicación como un proyecto sin fines de lucro, pero ojalá este detalle haya mejorado en las siguientes ediciones para una mejor experiencia de lectura.

A pesar de lo anterior, la mitad de los textos son buenos o muy buenos y logran su cometido, el de transmitir al lector un mal rato de terror. Por ello, si desean leerlo den click aquí.

Detalles técnicos:

Año de publicación: 2016 (abril)

Nº de páginas: 50

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