31 Jul
RESEÑA: Aeternum #2

Hace más de un año reseñé el primer número de la revista, el cual se enfocaba en historias de horror con madres. Ahora, la temática es distinta y precisa para los días de julio pues, acorde a las Fiestas Patrias de Perú, el segundo se enfoca en héroes y santos nacionales. Esos personajes que muchos conocimos en los colegios ahora insertos en relatos sangrientos, paranormales y de terror.

En total aparecen 20 cuentos de autores, en su mayoría, peruanos. Las figuras históricas utilizadas por ellos suelen desenvolverse en los siguientes grupos: primero, aquellas tramas donde son el causante de los males; segundo, aquellas tramas donde se enfrentan contra el mal encarnado. Como predomina el primero, los héroes y santos no mantienen su buena reputación. ¿Y quiénes son? Santa Rosa de Lima, Miguel Grau, Atahualpa, Daniel Alcides Carrión, Andrés Avelino Cáceres, Sarita Colonia, Alfonso Ugarte, San Martín de Porres, Señor de los Milagros, los dos Túpac Amaru y Micaela Bastidas.

La segunda entrega me parece mejor que la primera, ya que la mayoría de historias resultan entretenidas independientemente de sus puntos flacos. No obstante, sí mantiene el efectismo en varios textos al usar clichés y no arriesgarse a darles una estructura narrativa novedosa, particular, más allá de usar personalidades peruanas históricas. Por otra parte, se echa en falta una buena corrección de estilo, sobre todo en la puntuación (comas y puntos seguidos) para lograr una lectura más cómoda de un texto bien redactado. Ambos defectos provocan que la calidad varíe de cuento a cuento, como es habitual también en otras revistas.

Así, voy a agruparlos en los regulares, los buenos y los muy buenos.

Empiezo con los regulares:

  • “Supaypa wawan” (Luis Bravo): una mujer se halla agonizante en el suelo frente a su madre, quien regresó de la muerte para traer el caos a la sociedad peruana. Su acierto fue disimular al personaje histórico para centrarnos en la historia, pero esta resulta muy plana, como a una escena en vez que la condensación de toda una trama más allá de breves mensajes reflexivos.
  • “Revelaciones” (Kristina Ramos): una madre y su hija exploran las pertenencias de Andrés Avelino Cáceres, ya que es el abuelo de la mamá. Sin embargo, hallan objetos peligrosos que explican el porqué del apodo del personaje histórico, el Brujo de los Andes. Es la historia típica del diario que revela la ascendencia familiar maldita, solo que aquí con un expresidente peruano.
  • “Inyección letal” (Gonzalo del Rosario): Daniel Alcides Carrión se inyecta por error la fiebre amarilla y empieza a sufrir graves malestares, inclusive pérdida de consciencia. No se innova mucho sobre lo ya conocido por el médico, además de que la historia tiene casi un nulo desarrollo.

Ahora, el grupo de los buenos:

  • “La mordida” (Victor Grippoli): gracias a la capacidad de San Martín de Porres de poder entender a los animales, el santo recibe el pedido de auxilio de un perro para salvar a su dueño y al rebaño. ¿La razón? Todos fueron mordidos. La historia es ingeniosa al usar bien el aspecto más llamativo de este personaje, conocido por su bondad con las mascotas. El problema radica en sus diálogos, un tanto falsetes o poco naturales, así como en su estilo escritural medio histriónico.
  • “La guerra no tiene héroes” (Poldark Mego): ¿por qué Francisco Bolognesi fue el único superviviente de su batalla? El cuento narra el tiempo anterior al evento, cuando es asediado por el propio diablo para ofrecerle un pacto y salvarlo de la muerte. Su final tiene un ritmo precipitado comparado con el resto de sucesos.
  • “No más cenicientas” (C.G. Demian): Alberto decide bucear para encontrar algún tesoro perdido en el fondo del mar, pero halla un misterioso zapato con huesos dentro. Entonces, cierto espectro lo perseguirá acusándolo de ladrón. Es una trama sencilla, pero redonda, con la suficiente capacidad para transmitir la desesperación del protagonista en el agua.
  • “Morado” (Tania Huerta): el Señor de los Milagros, hastiado de los pecados de sus seguidores durante cada procesión anual, decide ajusticiarlos dotando de vida a la estatua. De modo similar a “No más cenicientas”, es una buena historia sencilla, aunque sin muchos giros de tensión. El final y el nudo se perciben desde el inicio.
  • “La profecía de Túpac” (Omar Luján): por ser bautizado, el espíritu de Túpac Amaru se encuentra condenado en el infierno cristiano, pero gracias a la compasión de Pachamama es enviado al cuerpo del marqués de Oropesa. Así, reencarnado, decide emprender la rebelión contra los españoles, aunque la esencia original del cuerpo intente resistirse. La historia tiene un buen desarrollo, pero el estilo escritural es seco, similar a la narración de noticias periódicas.
  • “Sepulcro incaico” (Cristina Taborga): a pesar de sus súplicas, Atahualpa no tiene una ejecución correspondiente a su clase social siendo enterrado como cualquier otra persona. Ante tal situación, su ánima buscará venganza. No es una historia tan original —toma el tópico clásico del espíritu vengativo—, pero tiene un desarrollo coherente.
  • “Mensaje de un robot” (Julio Cevasco): en internet circula una historia maldita llamada El cráneo de Santa Rosa, que provoca la muerte de sus lectores. Un robot será quien se encargue de narrarnos esta leyenda cibernética, o creepypasta. Aunque la historia no parezca tener grandes pretensiones, personalmente me gustó mucho no solo por la trama, sino por el sutil giro de tuerca al final.
  • “El juicio de Grau” (Rodrigo Martinot): durante la Guerra Hispano-Sudamericana, Miguel Grau es apresado y confinado en una isla por rebelarse contra la designación de John Tucker como comandante de escuadra. Ahí sus compañeros le narrarán la leyenda de un espectro femenino, la “gringa”. Tiene un buen clímax y final en cuanto a la parte paranormal, pero no termina de parecer un cuento redondo, sino con dos tramas pegadas porque sí.
  • “El brujo” (Carlos Cabrel): Andrés Avelino y su tropa llegan a Huamanga, lugar ocupado por el ejército chileno, con el fin de liberar a la comunidad. La historia se desarrollaba de buena manera, pero el giro de tuerca fue narrado de modo totalmente anticlimático, sin gracia.
  • “Poder” (Diana Huapaya): durante la época virreinal, Martín de Porres se haya atrapado para alivio de la población debido a su verdadera naturaleza monstruosa. Sin embargo, podría escapar ante cualquier descuido. La historia da un giro llamativo a la figura del santo, pero la escritura aún falta ser pulida en puntuación y sintaxis.
  • “El mensajero de supay” (Gabriel Britto Nuñez): el espíritu de Túpac Amaru II aparece para segar la vida de las personas cuyas almas le pertenecen al supay, la entidad andina de la muerte. Básicamente eso, la historia no conlleva mayor riesgo narrativo más que una básica historia de condenados.
  • “Aquella extraña” (Alvaro Mayorca): Ángela se encuentra intrigada por la llegada de su nueva vecina, a quien llaman Rosa o Isabel. Lamentos, llantos, ruidos perturbadores… toda una amalgama de mala vibra proveniente de esa casa la animan a investigar por curiosidad, hallando algo horrible. Aunque no sea el mejor, es de mis preferidos por transmitir una atmósfera opresiva, especialmente en el hogar de Rosa. El problema sucede justamente con cierta parte de la prosa, pues a veces se avanza a trompicones, de manera un poco brusca, como cuando se realiza el cambio de perspectiva en la narradora.
  • “Héroes nacionales” (Carlos Enrique Saldívar): de un momento para otro los espíritus de héroes y santos peruanos aparecen en el país para ajusticiar a delincuentes de todo tipo de diversas maneras, todas correspondientes al simbolismo de cada figura histórica. La historia es muy buena y el final también guarda una ironía exquisita, pero en estructura narrativa la trama queda en segundo plano para dar pase a la construcción fantástica de las entidades y sus tipos de castigos, lo que corta el ritmo.

Y los mejores son:

  • “Santa por el pueblo marino y para el pueblo marino” (Carlos Carrillo): la relación entre una abuela y su nieta alcanza el terreno del culto a Sarita Colonia, una santa popular no reconocida por la Iglesia católica. Pero, ¿por qué? Ya de adulta, cuando la casa de la abuela ahora es su herencia, la nieta buscará en el cuarto secreto reservado para hallar la respuesta. No solo la premisa está bien planteada, sino que el desarrollo no es ni se siente simplemente lineal. Además, se halla bien escrita en estilo, ortografía y puntuación, lo que le confiere una mejor presencia.
  • “Conny” (Carlos Cavero): la madre de Conny está presa, detesta a su abuela y también a la exnovia de su actual enamorado. Tal combinación de sentimientos explotará durante una visita al penal, cuando conozca la relación entre una compañera de su madre y el culto a Sarita Colonia. La premisa de por sí es original, al menos comparado con muchos otros cuentos del número, pero a su vez presenta a una protagonista bien definida en pocos párrafos, los suficientes para construir un clímax y final excelentes. Además, la prosa no tropieza con errores básicos como redundancias o fallas en el ritmo entre oración y oración. Es fluida.
  • “La bandera” (Mariangela Ugarelli): muchos conocemos la historia de Alfonso Ugarte y su inmolación del morro al mar. Sin embargo, este relato presenta la perspectiva del caballo, así como de las parihuanas (las aves en que supuestamente San Martín se basó para crear la bandera del Perú), durante los últimos momentos de vida del héroe. Y el cambio funciona de manera perfecta pues se crea el distanciamiento entre la perspectiva humana del patriotismo y la duda del animal sobre el porqué de esas peleas. Además, el ritmo de la prosa genera preciosismo sin caer en un excesivo uso recargado de la retórica.

Solo resta añadir que el esfuerzo de todos los autores por crear desde una temática peculiar como la presente ya merece una leída. Asimismo, aunque no haya mucho espacio interlineado o un formato de lectura más cómodo, la revista es gratuita y lo puedes leer aquí. ¿Qué mejor momento, entonces, que leer una revista de contenido peruano fantástico en un año atípico como el 2020? O en el futuro, que seguramente los tiempos dejarán de ser “normales”. Felices Fiestas.

Detalles técnicos:

Año de publicación: 2018 (julio)

Nº de páginas: 49


 



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