Ni la vegetación ni las gentes de este libro son enteramente ficticios. Pero, lector, ninguna persona retratada aquí es usted. Con una sola excepción. Usted, señor, señorita o señora —sea cual sea su país o su situación— es Albert Weener. Tanto como yo soy Albert Weener.
Ward Moore
Es más común tener en cuenta a Isaac Asimov, Bradbury, Clarke y algunos otros nombres más cuando se habla de ciencia ficción clásica. Sin embargo, también están esos otros autores que por alguna razón fueron olvidados tras décadas posteriores a sus años de publicación. Ward Moore es uno de ellos.
Escritor también estadounidense, produjo durante la denominada Edad de Oro del género. Su relación con este mundo literario se efectuó cuando empezó a crear de manera regular para la revista The Magazine of Fantasy and Science Fiction en los 50´s. Y si bien es más conocido Lo que el tiempo se llevó, en esta ocasión les presento el que a estas alturas es una obra de culto dentro de la ficción apocalíptica: Greener than you think o traducido al español (de España) como en el título. ¿Qué tal un fin del mundo producido por el crecimiento incontrolable de una planta?
Francis, una investigadora científica, crea el Metamorfoseador, una suerte de fertilizante capaz de incrementar el crecimiento de los vegetales. El vendedor Albert Weener acude a su oficina con el fin de obtener el trabajo y ofrecer el producto, y a pesar de los fines filantrópicos de Francis conseguirá una cliente. Sin embargo, las consecuencias no tardarán cuando el jardín de la afectada crezca de manera desmesurada hasta invadir todo el hogar. El “Cynodon dactylon” o “planta del diablo” pronto será un peligro mayor y ningún medio físico o químico podrá detener su avance hacia el resto de los Estados Unidos y de América.
La trama se desarrolla de manera lineal. El avance de la planta se ve apoyado a nivel estructural justamente por esa linealidad, como si en ambos sentidos el lector pudiera sentir el final inevitable de la civilización humana, pues mientras el tiempo corre la gramínea también. Ahora bien, la novela no es tan breve. A través de los capítulos se nos muestra el impacto en las personas de diversos lugares dentro del país inicial y, luego, en el mundo. Es por esto que la prensa tiene un papel importante desde el inicio cuando aparece el periodista Gootes buscando informantes. Weener, al ser uno de los causantes, consigue trabajo en el periódico de Gootes y ambos se movilizan hacia las zonas afectadas. La historia se toma con calma el crecimiento de la bola de nieve.
Otro punto interesante con el presente apocalipsis es su tonalidad. Las novelas sobre el fin del mundo adoptaron y adoptan elementos usualmente asociados a la destrucción a la muerte, como las invasiones alienígenas (La guerra del fin del mundo), las pandemias o virus (Guerra mundial Z), los desastres naturales, etc. Sin embargo, Moore fue aquí un genio para utilizar un elemento tan inofensivo como los vegetales y darle un giro de tuerca. Y es que todo empieza con un jardín y termina…
El punto negativo deviene, irónicamente, con tal desarrollo. El apocalipsis es bien construido y resulta verosímil, pero en realidad no ocurre demasiados sucesos importantes para los personajes. Weener sí que sufre cambios, aunque por lo que le ocurre alrededor más que por sus propios méritos en los primeros capítulos, pero el camino del resto es casi olvidable. La crítica temática es plural y rica: la manipulación de los medios de comunicación (titulares), los estereotipos sobre la mujer, la avaricia por sobre el sentido humanitario, entre otros. Pero en cuanto a tensión dramática es muy pobre.
A ver, como mencionaba sus personajes no destacan demasiado. Casi todos son arquetipos de algún vicio o aspecto humano utilizados en la trama para representar el egoísmo, el miedo o las supersticiones. Sin embargo, en sí no es un aspecto negativo teniendo en cuenta la estética de la novela, la cual plantea una premisa de alcance global y utiliza como excusa a sus sujetos para hilvanar los capítulos. Cada uno cumple un rol en la elaboración de la crítica social, y algunos tienen una personalidad muy marcada y destacable, pero serán iguales de principio a fin.
El narrador es el propio Weener y, por ende, nos encontramos ante su perspectiva en todo momento. Su personalidad le otorga una dimensión cómica a la novela gracias al contraste entre la tragedia acaecida a su alrededor y su testarudez como sujeto práctico. Es gracias a su protagonista que el texto es peculiar, pues no solo ofrece un apocalipsis de causas en apariencia inofensivas, sino un enfoque tragicómico constante. Si bien la planta avanza cada vez más en el mundo, no se cae en el tono fatalista común en libros apocalípticos.
En total se compone de 6 partes con 78 capítulos y se puede afirmar que tiene un antes y un después vital en su historia. El caos en los Estados Unidos compone la primera fase caótica antes de cualquier apocalipsis mundial, pero tras el uso de cierta “arma” contra la planta surge una segunda fase, una en la cual Weener asciende social y económicamente. No obstante, tras todo el desarrollo subyace la idea de metaliteratura. El protagonista recrea lo vivido a partir del manuscrito escrito tras todos los sucesos y ese final… remarca la tragicomedia en una de las mejores escenas.
Hace poco tiempo conozco a Ward Moore. Un día, cuando realizaron una feria de libro de segunda mano en mi universidad, buscaba por doquier libros de la editorial Orbis hasta que hallé unos cuantos; vi el título, la portada, asocié ciencia ficción con plantas y me lo llevé. Definitivamente valió la pena. Más verde de lo que creeis tiene estilo no solo por el tono de su apocalipsis, sino por un tratamiento de la historia sarcástico, un poco absurdo por momentos, pero a la vez profundo en su descreimiento de la humanidad por su violencia, testarudez y codicia. Y, convénzanse, mezclar ambos estilos no es tan sencillo, y en tal sentido Moore anticipaba ese giro ético y literario de la entonces futura Nueva Ola. Menor asombro, mayor reflexión.
Detalles técnicos:
Género: Ciencia ficción
Año de publicación original: 1947
Año de publicación: 1985
Editorial: Orbis
Nº de páginas: 221