06 May
RESEÑA: Los mantras modernos, de Martín Felipe Castagnet

Había leído publicaciones de Facebook y algunas críticas sobre su novela previa, Los cuerpos del verano, con comentarios positivos sobre todo para ser su primer libro. Meses después la editorial Pesopluma volvió a publicar en Perú a Castagnet con la presente novela y me conseguí un ejemplar, aprovechando la llegada de su autor a una feria nacional de editoriales independientes. Y, bueno, ahora comprendo un poco el porqué de su impacto en la crítica literaria.

Los mantras modernos fue publicado en 2019. Es una novela de ciencia ficción cercana al ciberpunk, pero sin ser una mera copia de la estructura en el subgénero: un hacker, un gran poder político y/o económico y una ciudad ultraurbanizada. Recrea la ciudad argentina de Embarcación, representada en el libro como un lugar de clase media en donde confluyen dos situaciones: las personas están desapareciendo, al parecer hacia un lugar ubicado en el futuro; la sociedad vive en la paranoia de un posible apocalipsis próximo. Masita, un habitante más, tiene la misión de hallar a su hermano también desaparecido mientras lidia con sus propios problemas sentimentales. Que lo logre o no será uno de los tantos problemas presentados a lo largo de la historia, así que vamos a ello (no daré spoilers).

Martín Felipe Castagnet durante la feria La Independiente, Lima, en 2019 . Fuente: El Comercio

Trama

Su estructura narrativa se asemeja a un grueso camino de ramas enredadas: si bien confluye hacia un único punto, sus componentes son variados. El eje principal es la búsqueda del hermano desaparecido de Masita, pero alrededor aparecen subtramas con importancia similares para dar a comprender el impacto social de esa inventiva cienciaficcionera, como es la red cibernética permanente que permite a los usuarios permanecer conectados sin necesidad de un aparato de por medio, como una computadora, tan solo con algo llamado bindi.

Pero, en resumen, son dos las familias protagonistas mediante quienes conoceremos el contexto paulatinamente crítico de Embarcación. Las desapariciones aumentan conforme avanzan los días al punto de empezar a generar cierta preocupación política sobre estos eventos. Sin embargo, a pesar del potencial para la construcción de este mundo, el autor prefiere centrarse en el ámbito anímico y psicológico de sus personajes. Tenemos varias perspectivas sobre los eventos, pero con una tendencia a la introspección (controlada).

El único problema de la trama es su final. Me explicaré sin revelar cuál es. Durante la historia, la nueva tecnología y su relación con los personajes siempre ofrecían momentos interesantes que desafiaban un devenir predecible. En cambio, aunque la conclusión no es fallida, el clímax si es un tanto típico. Un evento importante reúne a varios personajes desde distintos lugares para resolver X problema crucial. El precedente de esa crisis es bueno, pero su resolución no. De todos modos, la novela ofrece una perspectiva original del ciberpunk, una propuesta de ciencia ficción social muy propia.

Edición argentina de la editorial Sigilo

Personajes

Son varios, pero los resumiré en las dos familias. En este caso se puede aplicar la frase de “mucho con muy poco” pues, existiendo tantas voces, el autor logra darles una personalidad y voz distinguibles entre cada uno.

Familia de Masita:

  • Masita “Maxi”: el protagonista. Aunque quiere a su hermano, no siente mayor interés ante su desaparición pues cree que lo realizó de manera voluntaria. En realidad, siente preocupación por su vida futura. Al fin y al cabo, desea ser padre y su pareja no, por lo cual termina con él. Emprende la búsqueda de Rapo por insistencia de su madre y ese objetivo lo lleva a establecer nuevas relaciones cercanas, como con su abuelo. Un detalle curioso lo podemos observar en su trabajo, consistente en crear perfiles falsos para generar polémicas sobre determinados discursos según le convenga al partido político contratista.
  • Ababa: el abuelo de Masita. Años antes del presente de la trama su hijo desapareció, motivo por el cual empezó a perder la cordura y su estabilidad emocional. Acaba internado en un geriátrico con algunas lagunas mentales (como no recordar a Masita como uno de sus nietos), pero empieza a recibir las visitas del protagonista (también a pedido de su madre). Tuvo una estrecha relación con Rapo y, al enterarse de su desaparición, hará todo lo posible por encontrarlo. Después de Claudia, y tal vez más que ella, es el más interesado en hallar al joven “perdido”. Puede leer la mente de los demás.
  • Camelia: madre de Masita y Rapo. Es una persona de carácter terco, aunque tiene la suficiente capacidad para intentar sacar provecho de los problemas. Por ello incita a su hijo a buscar a Rapo, convencida de que su desaparición probablemente no es voluntaria. Además, debido al creciente miedo del apocalipsis, vende los objetos de quienes sucumbieron al pánico como un comercio de segunda mano. Detesta a Ababa.
  • Rafael “Rapo”: hermano “desaparecido” de Masita. Como se prevé desde el inicio, accedió de manera voluntaria a la fluorescencia, un espacio apartado del presente y ubicado al parecer en el futuro —el nombre se debe a la escasa luz natural sustituida por el resplandor opaco.  

Familia de Sabrina:

  • Sabrina: la exnovia de Masita. A comparación de él, no quiere tener hijos, aunque ello no le impide cuidar de su sobrino. Tiene el deseo de poder comunicarse con los objetos, aunque no pueda lograrlo, pero gracias a Ababa podrá conseguir esa habilidad cuando él intente conseguir mayor información sobre Rafael. Su trabajo consiste en conseguir entrevistas de los “desaparecidos”, a quienes halla mediante aparatos especiales, labor realizada por cuestión de pasión y no solo por dinero.
  • Héctor: padre de Sabrina. Es uno de los ingenieros encargados del bindi —acceso a la red— y el buscador —equivalente a Google—. Tiene un papel importante en el mundo de la fluorescencia.  
  • Lupe: hermana de Sabrina. Al inicio no tiene mucha relevancia y, aunque tampoco su participación es vital después, sí tiene cierto desarrollo en relación con su esposo y su hijo, pues siente un poco de inconformidad en la construcción de una comunicación fluida dentro de su familia, tal vez por resistirse a los cambios. Ello cambiará por una vez en determinado momento, hacia el final del libro.
  • Marcial: esposo de Lupe. Le alquiló su departamento de soltero a Masita y mantiene cercanía con él todavía después de la ruptura con Sabrina.
  • Flamarión “Flamita”: el hijo de Lupe y Marcial. Es uno de los mejores personajes si se considera su papel secundario y la gran construcción obtenida. Gracias a sus padres capacita su habilidad lectora y comunicativa mediante las etiquetas que ellos colocaron a cada objeto de su hogar con el nombre respectivo. Es niño, pero ya tiene el suficiente nivel de deducción para ocultar al resto su capacidad de poder observar la “vida invisible” de la materia —aquel material orgánico semejante a las plantas que crece en los cuerpos sin la posibilidad de ser vistos por el ojo humano corriente —  debido al temor a ser calificado como loco. También puede conversar telepáticamente con su perro. Sus padrinos son Sabrina y Masita.
  • Isa: madre de Sabrina y Lupe. A pesar de la distancia emocional que tiene con respecto a sus hijas, en realidad las aprecia y se preocupa por ellas. De hecho, insiste a Sabrina en una reconciliación con Masita y hasta sigue viéndolo en su casa como un viejo amigo —sin que su hija lo sepa.

Mención especial a Inmaculada, la sirviente de Camelia, quien desde los primeros capítulos supo de las visitas furtivas de Rapo a la casa. Grande Inmaculada, su boca era una tumba.

Embarcación, Salta, Argentina

Forma

En total hay 33 capítulos divididos en 3 partes: “Los vendedores del apocalipsis”, “Los saqueadores de las tumbas del futuro” y “Los padres modernos”. La narración sigue el estilo fragmentado debido a las divisiones internas de párrafos en los episodios, cada uno abocado a determinado asunto de la historia, como la búsqueda de Rapo a manos de Ababa o los conflictos sentimentales de Masita. Tienen una coherencia e ilación entre sí.

Otro punto importante es la segunda persona del narrador. Siempre se está dirigiendo hacia el personaje eje de cada parte y con el español característico de Argentina (muy simpático en el libro a mi parecer) de modo que se apela de manera constante como si el lector pudiera tener frente a sí a los protagonistas. Eso sí, este estilo aunado a lo fragmentario puede provocar cierto enrarecimiento en su lectura, pues son técnicas no tan comunes y difíciles de disfrutar si no se lee con la calma y tranquilidad necesarias —tampoco es muy pesado de leer.

Los mantras modernos resulta ser una novela muy buena con pocos defectos a nivel de trama y estilo escritural, pero su aporte más significativo resulta ser su mundo ficcional en sí. No solo crea ciencia ficción ambientada en Argentina y alejado de las urbes ultramodernas, sino que representa una cotidianeidad y costumbres propias de la zona que ya superan el nivel de la imitación de cualquier ciencia ficción en inglés para construir una obra con estilo propio en donde las invenciones tecnológicas no se sienten forzadas, sino naturales.  

Detalles técnicos:

Los datos corresponden a esta edición.

Género: Ciencia ficción

Editorial: Pesopluma

Año de publicación: 2019

Nº de páginas: 221

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