20 Apr
RESEÑA: Cuentos peruanos sobre objetos malditos

No hay mayor secreto. El contenido del presente libro ya está dicho en el título y, a partir de ahí, podemos ir pensando en sendas leyendas urbanas sobre cosas terroríficas, tal vez cuadros embrujados, espejos cual ventanas al más allá o muñecos poseídos. Porque el tópico del mundo inanimado que cobra vida es recurrente en las historias de terror que generalmente se relacionan con las maldiciones o con historias de castigos hacia sujetos que rompieron alguna regla. Por ejemplo, tenemos los cuentos de Lovecraft sobre libros prohibidos que contienen información sobre los Primigenios o las películas del muñeco Chucky, quien fue en su origen un criminal humano.  

Cuentos peruanos sobre objetos malditos es un conjunto de relatos que transita entre elementos clásicos de esta temática (cuadros, espejos, pozos) y otros más novedosos (escultura del gato de la suerte, billetera). Las historias son generalmente breves y a través de ellas conoceremos distintas maneras en que una persona puede sufrir el infortunio de cosas a veces cotidianas, sean como simple víctima o como culpable de algún pasado culposo. Por otra parte, no hay un único autor. Los textos fueron elegidos en un concurso realizado por la editorial peruana El gato descalzo para su colección "Lo imposible", cuyos miembros decidieron ofrecernos 13 cuentos ganadores. Cada uno viene acompañado por ilustraciones de Raúl Ostos y el compilador fue Germán Atoche.

¿Qué tan buenos son? Por la diversidad de narradores es difícil calificar el libro, de modo general, como excelente. En ese sentido se podría describir su lectura como una experiencia de montaña rusa, ya que en algunos momentos algunas historias llegan a ser relativamente novedosas, mientras otras no. Por otra parte, en la mayoría de casos la escritura aún necesita ser pulida por una serie de factores: el control de las pausas y el consecuente uso necesario de los puntos seguidos en lugar de comas; un mayor bagaje lingüístico para evitar el uso repetitivo de algunas palabras (a veces esto ocurría tres o cuatro veces en un sólo párrafo); el cuidado con el uso coloquial de algunos términos que, en lugar de naturalidad, “suenan mal” en párrafos de simple narración de hechos.

A pesar de lo anterior, el libro no resulta aburrido. Si bien algunos textos nos presentan tramas con una estructura ya conocida (elemento fantástico aparece y distorsiona la vida del protagonista), los objetos malditos traen lo que tal vez un lector modelo de un libro así buscaría: morbo, terror y desesperación. De todos modos, un pequeño grupo sobresale del resto no solo por tener una escritura mejor cuidada, sino por arriesgarse un poco a traer otros objetos no tan comunes en este imaginario, y con historias no tan anecdóticas y demasiado sencillas. Por ello, destaco los siguientes con sus respectivos dibujos hechos por Ostos:

- «La pluma del arcángel», de Giuseppe Albatrino: cuento fantástico con un toque de ciencia ficción. El padre Alfonso es un gran conocedor de los pecados de muchos católicos pues realiza la confesión de varios. Un día, tras esta rutina, lee el periódico dejado por un correligionario y capta su atención una noticia sobre la invención de un nuevo sistema matemático que permite predecir los futuros crímenes. Inspirado, crea un sistema similar para predecir los pecados próximos y lo usa, hasta que un día recibe ayuda por parte de un niño peculiar, de su USB y de una pluma abandonada. Si bien en algunas leyendas de tono religioso ya se utiliza el recurso del bien contra el mal, aquí se innova mediante un artilugio de ciencia ficción como la predicción en base a números. ¿No suena ello por lo menos interesante?

- «Piedra negra», de Tania Huerta: tiene el estilo formal más cuidado de todos los relatos. Durante una procesión del Señor de los Milagros el diablo se encuentra merodeando, pero la llegada de otra marcha religiosa más lo pondrá en apuros. Texto breve de corte maravilloso y religioso, es similar a las leyendas que explican de modo religioso determinados lugares y objetos. Así, aunque la historia es sencilla, es efectiva por la manera en que desarrolla la corta historia hasta el párrafo final, a modo de sentencia.

- «Abdomen de nácar», de Julio César Rojas: cadáveres y pizza. Un tanatopráctico ―sujeto que conserva temporalmente los cadáveres― se encuentra realizando sus labores cuando, de pronto, aparece un repartidor de pizzas exigiendo que le pague por su pedido. El problema: que nadie ordenó comida. Una curiosa historia de culpas del pasado, eventos paranormales y una profesión poco divulgada se mezclan en un relato que, si bien tiene un final no tan original, si es lo suficientemente satisfactorio para cerrar una situación tan incómoda como la inicial.

- «La habitación que aúlla», de Lizeth Tamara: ¿maldición o imaginación? Guillermo es un chico con una obsesión, digamos, particular: sentir una bala en sus carnes. Durante una fiesta transita por experiencias sensoriales de cuerpos frotándose, colores sicodélicos y asfixia creciente que lo impulsa a refugiarse en un baño para después salir e iniciar la violencia. El final puede ser confuso, pero recomiendo prestar atención en la pistola, en el inicio y en la situación un poco surrealista del protagonista. No es una narración lineal, sino con relieves en donde la liquidez forma parte de la trama.

- «La billetera», de Mariano Vargas Vilca: Maura es una señora que trabaja vendiendo anticuchos para subsistir. Un día, encuentra a una anciana limosnera y, ante su sorpresa, le da algunas monedas, tras lo cual ocurre un accidente que la distrae de ella por unos momentos; cuando voltea, no hay ninguna persona, sino una billetera abandonada. A partir de este evento empezará a ganar más dinero gracias al objeto encontrado, lo cual la llevará a ganarse el desprecio de sus vecinos y a formular planes de ascensión social. Lineal, claro y entretenido, es un cuento de terror al modo clásico pero adaptado a circunstancias contemporáneas, y mediante una narración recursiva en tanto que no hay relleno o momentos de más.


En suma, los mejores cuentos fueron algunos de los que innovaron o refrescaron la temática de los objetos malditos con elementos no tan usuales: un USB y una pluma, una piedra en una procesión religiosa, pizza y bufanda, una pistola en una realidad confusa y una billetera. Cuentos apropiados para pasar el rato y, en varios casos, para retornar ―si es que acaso no has salido de ahí― al terror clásico de un elemento sobrenatural culposo destruyendo la tranquilidad de x persona.

Detalles técnicos:

Género: Fantasía y maravilla

Editorial: El gato descalzo

Año de publicación: 2018

N° de páginas: 99






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