Libros pésimos de ciencia ficción

Mantengo la posición de que una buena crítica de literatura no cae en dos pre-disposiciones: ni destruir ni alabar. En realidad, pocos libros son realmente perfectos y en su mayoría tienen algún defecto o punto flojo en mayor o menor medida que sus aciertos. Personalmente he tenido muy buenas lecturas, no obstante, con las cuales conocí diversas historias de gran calidad y estilos de épocas y géneros variados… Pero ésta vez no es el caso.

Escribir ciencia ficción no es fácil. No basta con incluir robots o alienígenas para que una trama sea entretenida y bien desarrollada y mucho menos para crear calidad en este género. Por eso les presento 5 libros (del “menos” peor al terrible) que por sus respectivas razones no valen la pena leer, a menos que desees arriesgarte y comprobar por tu cuenta si te gustarían o no. Y mejor no, si tienes más títulos de ciencia ficción en mente.

Tómalo como un ahorro de dinero.

5. Cell, de Stephen King: un intento fallido de renovar las clásicas historias de zombis. El escritor Clayton Ridell se encuentra comprando un helado durante el 1 de octubre, cuando de manera repentina todas las personas que tienen un celular a la mano pierden la cordura y empiezan a destruir todo lo que encuentran a su paso, incluyendo personas. A partir de aquí, el protagonista intentará encontrar a su esposa e hijo acompañado de un pequeño grupo de supervivientes. La premisa resulta muy atractiva ―en especial para los amantes de las historias apocalípticas, como yo―, pero la novela tiene muchas páginas de más. Aunque se nos revela un villano principal, el desarrollo no parece tener un rumbo definido salvo la búsqueda de los que ya mencioné. Además, algunos momentos impactantes no se encuentran narrados con el suspenso o sentimiento necesarios, dando la sensación de leer una novela apagada de ánimos, sobre todo en la segunda mitad. Aun así, se lee rápido y tiene algunas buenas escenas durante el comienzo de “El Pulso”, como se le denomina a la catástrofe.

4. Ovnis en los Andes, de Ernesto Carlin: la ironía no lo justifica. Un decano universitario de Milán presenta el libro como el prologuista, afirmando que el periodista autor de los siguientes capítulos sufre de acoso. En resumen, se revela poco a poco los secretos que la Fuerza Aérea mantiene con respecto a los ovnis, ya que algunos avistamientos y sucesos fabulosos son ocultados al público. La historia en sí tiene una perspectiva humorística, sarcástica, que logra momentos de genialidad. Por ejemplo, un capítulo en alusión al escándalo político de la desaparecida página 11 solo aparece en el índice, y no en la novela. Pero contiene mucho contenido de relleno que no lleva la historia hacia ningún lado y solo sirve para introducir más sarcasmo y referencias literarias. Inclusive hay capítulos que podrían desaparecer y no alterar en nada la novela. Para ciencia ficción humorística mejor lean Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams.

3. La selección, de Kiera Cass: en realidad es una saga y me referiré a la trilogía principal (no leí el resto). Esta vez tenemos una sociedad distópica que divide la población en números de acuerdo a sus oficios, y cuando el gobierno necesita tener una princesa convoca un concurso público de entre chicas de todas las castas para elegir a la pareja del príncipe. En sí la premisa es atractiva, aunque para algunos les pueda parecer muy cándida, pero la historia se alarga de manera innecesaria gracias al conflicto amoroso entre la protagonista, su novio y el hijo de los reyes. Y el problema no recae tanto en el tema del amor como en el desperdicio del trasfondo político que se sugería en más de una ocasión; al fin y al cabo el reino se encuentra bajo constantes ataques de rebeldes. Se mantiene el cliché del triángulo amoroso y se dejan de lado subtramas aún más interesantes.   

2. La muerte se mira al espejo, de Ada Coretti: ¿qué harían si mediante un aparato especial pudieran controlar animales? Pues en el caso del protagonista, alejar a los pretendientes de su hija mediante un pulpo asesino obediente a sus órdenes. En teoría esta novela breve es de terror, pero de ello tiene poco por culpa de personajes demasiado planos y con estilos similares de lenguaje. La premisa del octópodo manipulado puede resultar atractiva, sí, no obstante la historia tiene momentos muy simplones y un final cliché dentro de la literatura pulp. Si antes leen Atrapada por la locura, de la misma autora, y luego van a por éste, sabrán a qué me refiero.  

1. La caída de Lima: Apocalipsis Z, de Rafael Gonzalez-Otoya: aunque mucho se critica a las tramas zombi similares (ciudad destruida y grupo superviviente), las entiendo y defiendo porque realmente pueden surgir situaciones muy interesantes con dilemas morales. Y ojalá solo fuera el caso de la presente novela, pero la premisa no es muy original ni sorprendente para quienes leímos un poco sobre la temática: en Ucrania surge la plaga de los muertos vivientes y es cuestión de tiempo para que llegue a Perú y la gente intente sobrevivir como pueda, mientras el gobierno intenta controlar la situación. Nada nuevo. La prosa adolece de errores ortográficos, de puntuación y de fluidez, todo un conjunto que no puede ser atribuido por completo a la (inexistente) labor de un corrector. El desarrollo de la historia es solo lineal, predecible y sin más pretensiones que mostrar una capital peruana devastada con personas corriendo y ocultándose; no llega a ningún punto álgido de conflicto o desenlace. Eso sí, tiene valor histórico por ser la primera novela (2009 en internet) sobre la temática zombi en la narrativa peruana contemporánea (y tal vez en general).



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